La obra de Ai Weiwei es una sutil arte de protesta. El artista estudia y toma elementos simbólicos de la cultura china y las modifica, rompiendo los esquemas materiales y tradicionales y fusionándolos con el mundo moderno del consumismo. Su fotografía cuestiona a la autoridad.
En julio se dará a conocer To Be Found, de Ai Weiwei, obra que será parte del parque escultórico Brodno, en Varsovia. La nueva creación del artista chino será invisible para el público: consistirá en tres zanjas que formarán un triángulo, en éstas serán enterradas réplicas de jarrones del siglo XIV, que el artista trabajó en la serie de 2005 Ghost Gu Coming Down the Mountain.
A través de esta pieza “Ai Weiwei cuestiona la fetichización de ciertos artefactos, así como su complicada historia encapsulada en la logística colonial de robo y apropiación”, señaló Sebastian Cichocki, curador del parque. El objetivo de la escultura es que sea encontrada por futuras generaciones o alienígenas.