Esta mañana, medios locales sirios informaron que la milicia a cargo del gobierno sirio logró reingresar a la histórica ciudad de Palmira tras un debilitamiento de la defensa del grupo terrorista Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés), territorio que desde hace más de dos meses intentan recuperar.
En diciembre del año pasado, como parte de su ofensiva contra el presidente sirio y de su movimiento yihadista radical, ISIS se apropió de la antigua metrópolis romana de Palmira, en la provincia de Homs, inmersa en el desierto sirio, aprovechando que la milicia siria descuidó esa región por enfocarse en los enfrentamientos de Alepo.
De acuerdo con la agencia de noticias AP, el vocero del Kremlin dijo que el presidente Vladimir Putin recibió un aviso de su Ministro de Defensa que las tropas sirias habían tomado el control de Palmira con la ayuda de aviones de guerra rusos. Por su parte, la agencia SANA confirmó que la ofensiva había entrado a la ciudad alrededor del medio día (GMT) tras un “desmoronamiento” de la defensa de ISIS.
Desde el domingo, algunos reportes sugerían que la defensa se empezaba a debilitar, lo que provocó que tan sólo dos días después, las fuerzas gubernamentales lograran aproximarse a las afueras de la ciudad. Los reportes locales confirmaron que se organizaron embates con artillería y ataques aéreos.
Los cuerpos militares se enfocaron en la persecución de pocos rebeldes que todavía permanecen ahí, reacios de evacuar la zona: “Operaciones tácticas precisas”. El ejército ha recibido ayuda de la organización musulmana libanesa Hezbolá y de las fuerzas aéreas de Rusia.
Antes de que estallara la Guerra Civil en Siria, en el 2011, la antigua ciudad de Palmira era una atracción turística popular. De acuerdo a AP, este es el segundo intento que hacen las fuerzas armadas para recuperar el territorio que les arrebataron. En marzo del año pasado habían logrado recapturarlo pero meses después, en diciembre, nuevamente lo perdieron.
Desde que ISIS tomó el control de las ruinas de la vieja urbe —consideradas como patrimonio cultural de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)— las han usado de escenario para orquestar actos terroristas.
A principios de año, los rebeldes realizaron una serie de ejecuciones masivas, donde fueron embatidos soldados del ejército libre sirio y militantes del gobierno del presidente Bashar Al Assad. Pocos días después, destruyeron las ruinas del teatro romano y mantuvieron el control de ciudades aledañas durante más de 10 meses.
El gobierno y otros organismos internacionales despreciaron la destrucción que han hecho de las ruinas y la forma en la que han usado los monumentos históricos. En un reporte, la Organización de las Naciones Unidas sacó a la luz imágenes satelitales que evidenciaban la destrucción y el saqueo a manos de los terroristas.
Durante el último ataque al teatro, se informó sobre la destrucción de “gran parte de la columnata del Tetrapylon (cuatro estructuras con columnas que eran en su mayoría réplicas modernas)”, además de provocar serios daños a la fachada del mismo.
También bombardearon templos, torres destinadas a entierros, el Arco del Triunfo y el Templo de Bel, el santuario para los dioses de Palmira, uno de los edificios religiosos “más importantes del primer siglo a.C.” del Medio Oriente.
Asimismo, algunos miembros de la oposición reconocieron haber saqueado las ruinas para recaudar fondos.
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