Dividida en dos partes: el este controlado por el ejército iraquí y el oeste por el Estado Islámico, Mosul, la segunda ciudad por número de habitantes de Irak, alberga actualmente a 750 mil personas, de las cuales más de la mitad son niños, y todos se encuentran bajo el riesgo de ser asesinados por el Estado Islámico.
En condiciones deplorables, sin agua, alimento, servicios de salud o escapatoria, las cientos de familias inocentes que se encuentran en medio de la batalla por el control de la ciudad se encuentran cada vez más en riesgo de morir.

La rutas de comercio, las calles y los puentes que conectaban ambas partes de las ciudades se encuentran destruidos y hay tropas vigilando los caminos con órdenes de ejecutar a cualquier persona o grupo de personas que intenten huir.
Imposibilitados de salir a las calles por los militares yihadistas, las familias también enfrentan el riesgo de morir a causa de un misil de artillería o en medio del fuego que ambos bandos intercambian incansablemente tratando de ganar terreno.En un intento por disminuir los riesgos a los que se enfrentan los civiles atrapados, la Asociación Salva a los Niños hizo un llamado a las fuerzas iraquíes y a sus aliados: Estados Unidos e Inglaterra para tomar todas las precauciones posibles y evitar el mayor número de bajas civiles posibles.

“Hasta el día de hoy, el conflicto por el que atraviesan Irak y Siria ha cobrado casi la misma cantidad de víctimas civiles como de soldados”, aseguró Maurizio Crivallero, director de Salva a los Niños en Irak.
La batalla por esta ciudad ha durado más de tres meses y es el último bastión que le queda al Estado Islámico después de haber perdido Alepo.

Mosul es vital para los yihadistas ya que sin ella les costaría mucho mantener los puentes entre Irak y Siria, sus principales territorios de los cuales ya han perdido el 45 por ciento del control.
“Salvar a los civiles y especialmente a los niños atrapados debe ser una prioridad para asegurarnos que todas estas personas inocentes puedan retomar las vidas que han perdido desde que la ciudad cayó en manos del Estado Islámico hace aproximadamente dos años”, finalizó Crivallero.

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