Históricamente, El Vaticano ha estado involucrado en varios casos de abuso sexual y pederastia. El Papa Francisco ha pecado de omisión. Algunos miembros de la comisión de la Santa Sede contra la pederastia como Peter Saunders lo han acusado de “no hacer nada para terminar con los abusos”.
Francisco creó la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores para intentar erradicar los crímenes y destituir a los victimarios. No obstante, hasta la fecha siguen saliendo a la luz algunos casos de impunidad, corrupción y encubrimiento.
El más reciente acusa, nuevamente, al encargado de las finanzas de la Santa Sede, el Cardenal Australiano, George Pell. Fue interrogado, nuevamente, por las autoridades de su país en Roma para que esclarezca las acusaciones en su contra por abuso sexual (entre 1976 y 2001).
Hace un mes, la policía de Victoria, Australia, consideró presentar cargos contra Pell, quien presuntamente cometió en las ciudades de Ballarat y Melbourne.
Tomaron en cuenta los testimonios de tres hombres que alzaron la voz años después: en la década de los 70, Pell los tocaba indebidamente y se exhibía desnudo frente a otros menores. En el 2002, cuando era arzobispo de Sidney, otro hombre lo señaló de pederasta.
A través de un comunicado de su oficina en El Vaticano, el acusado ha rechazado todas las acusaciones y las investigaciones del Vaticano lo exoneraron. No obstante, reconoció que se han encubierto muchos casos de pederastia en el seno de la Iglesia Católica australiana.
Saunders cuenta para la BBC que la comisión apenas cuenta con 70 miembros (distribuidos en diferentes zonas geográficas), solamente se reúnen dos veces al año y la secretaría está conformada por cuatro miembros demasiado cercanos al Vaticano.
El caso de Pell representa a la perfección el encubrimiento y protección con el que cuentan la mayoría de los jerarcas de la Iglesia Católica y aún más los que tienen contacto directo con El Vaticano.
*Con información de: BBC, Sin Embargo, La Opinión.