El libro se publicó, por primera vez, el 6 de abril de 1943 en Estados Unidos, donde el autor se había refugiado de la invasión nazi a Francia durante la Segunda Guerra Mundial. La obra del escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, El Principito, se ha convertido en uno de los libros más traducidos de la historia de la literatura y una referencia para pequeños y grandes de todo el mundo.
Su pequeño planeta ha fascinado a generaciones de lectores, pero pocos saben que El principito de Antoine de Saint-Exupéry nació en Nueva York, que lo inspiró una salvadoreña, y que es, también, en aquella ciudad, donde se expone el pasado que explora una emotiva muestra abierta en Manhattan.
El principito: una historia neoyorquina se presenta hasta el 27 de abril en la Biblioteca y Museo Morgan, que había adquirido el manuscrito del libro en 1968.
Con sus delicadas acuarelas, tachones y manchas de café, esas páginas son el corazón de la exposición que cuenta la concepción de la obra, incorporando además fotos del autor, cartas y objetos personales.
“Antoine de Saint-Exupéry vivió aquí y escribió este libro durante la Segunda Guerra Mundial”, explicó Christine Nelson, comisaria de la muestra.
Escritor, piloto y aventurero, el francés Saint-Exupéry desapareció a bordo de su bimotor el 31 de julio de 1944 durante una misión de reconocimiento aéreo cerca de Córcega (sur de Francia, Mar Mediterráneo) poco antes de la liberación de su país. Tenía 44 años.
Antes de eso, el escritor pasó varios años en Nueva York, desde 1940. El principito fue escrito en cinco meses, entre junio y noviembre de 1942.
La primera edición de El Principito fue editada en abril de 1943 en La gran manzana y desde entonces la historia se ha traducido a más de 250 idiomas alrededor del mundo.
En las páginas expuestas en esta exposición destaca una pequeña caligrafía casi ilegible, dibujos integrados al texto del propio Saint-Exupéry y acuarelas preliminares que no figuran en la versión final. Antes de llegar a la célebre frase “Lo esencial es invisible a los ojos”, Saint-Exupéry probó 15 fórmulas diferentes, todas mencionadas en la muestra.