Donald Trump inauguró un hotel de cinco estrellas hace menos de un mes en Washington, entre la Casa Blanca y el Capitolio: 263 habitaciones que cuestan entre 400 y 4 mil dólares la noche.
Durante el fin de semana, un hombre grafiteó la fachada del hotel de Trump. Escribió “Black Lives Matter” (Las vidas negras importan) y “No Justice no Peace” (Sin justicia no hay paz).
A poco más de un mes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, las manifestaciones, textos y sentencias en contra de Trump no han cesado. Principalmente, las críticas se centran en su discurso de odio en contra de ciertos grupos raciales.
El primer mensaje, precisamente, hace referencia al movimiento político y social iniciado por la comunidad afroamericana, que pretende luchar contra las muestras de racismo y la violencia policial que los asecha.
Aunque históricamente siempre han tenido que enfrentar las muestras de odio y la discriminación laboral, en el último año, los casos de persecuciones y asesinatos han repuntado significativamente.
Específicamente, en lugares como Charlotte, Carolina del Norte, dos hombres fallecieron en una semana a manos de agentes policiales, por lo que la presión contra el gobierno pretende cesar esta problemática, que además es un claro ejemplo de violación a los Derechos Humanos.