La industria de la construcción es una de las más contaminantes. Para contrarrestar los efectos nocivos que tiene en el medio ambiente, un grupo de mexicanos desarrolló un material ecológico que, además de ser sustentable, podría sustituir al concreto.
La industria de la construcción consume alrededor del 50 % de los recursos naturales, el 40 % de la energía y genera el 50 % del total de los residuos. La producción de materiales como el concreto implican procesos contaminantes.
Para extraer la materia prima que constituye este material y su transformación, se deben deforestar ciertas zonas montañosas, además de usar grandes cantidades de agua y combustibles.
La huella de carbono de este proceso es elevada, es decir, la cantidad de gases de efecto invernadero producidos en determinadas actividades y que miden el impacto que tienen en el medio ambiente y específicamente en los efectos del cambio climático.
Para intentar suplir este tipo de materiales, la industria de la construcción, investigadores de la Universidad del Papaloapan (UNPA), Tuxtepec, Oaxaca crearon un material con desechos de celulosa y ceniza de caña de azúcar.
Además de sus beneficios ambientales, durante las pruebas de laboratorio alcanzó una resistencia 300 % mayor a la del concreto e implica un 20 % menos del agua necesaria para la fabricación del concreto.
El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), financió un proyecto llamado Sistema de construcción ecoeficiente para viviendas de interés social. En él participó la doctora Martha Poisot y el doctor Axel Villavicencio, encargados de desarrollar el nuevo material.
Mientras que este nuevo material soporta alrededor de 750 kilogramos por centímetro cuadrado, el material que podría ser suplantado sólo resiste 250. Y lo más importante: genera menos dióxido de carbono.
Fue denominado PAS y está hecho a base de desechos de las industrias de la región y mediante reacciones químicas entre la celulosa y la ceniza, se forma una estructura lo suficientemente resistente para ser usada en casas o edificios.
Además, impide que los iones “migren hacia el acero” y así, evita la aparición de corrosión, ya que el concreto se deteriora de adentro hacia afuera por sus altos niveles de humedad.
En cambio, de acuerdo a sus creadores, el PAS ofrece confort térmico, durabilidad y resistencia.
Este nuevo material, además de formar parte de un proyecto social que beneficia a los mexicanos que no pueden hacerse de una casa fácilmente, también abre las puertas a la industria de la construcción ecológica y sustentable en el país.
*Con información de: Sin Embargo, Vida Verde.