Como una enfermedad. Así es vista la homosexualidad ante los ojos de la Iglesia Católica. Aquellos que piensen lo contrario y que, además, lo manifiesten, son excomulgados y acusados de herejes. El peor destino, quizá, es para quienes se declaran abiertamente homosexuales en una tierra en donde la libertad de género provoca cientos de muertes.
En países como Brasil o México, los crímenes por homofobia aumentan cada día, tanto que hasta el año pasado, ambas naciones ocuparon los dos primeros lugares en donde se cometen más crímenes en contra de la comunidad LGBT.
Distintas organizaciones, entre ellas la denominada “Grupo Gay de Bahía”, indicaron recientemente que en Brasil es en donde se cometen la mitad de la totalidad de los crímenes en contra de personas abiertamente LGBT. El catolicismo, acusan, está detrás de este tipo de asesinatos en los que también los gobiernos conservadores tienen mucho que ver.
Protestas en Brasil por crímenes de odio en donde se acusa a la Iglesia Católica. (Foto: Commons)
La revelación de un estudio realizado por Grupo Gay de Bahía, liderado por el antropólogo Luiz Mott, indicó que en Brasil aumentó la violencia en contra de la comunidad LGBT debido a la prominencia de los políticos ultraconservadores, los cuales están vinculados directamente a la bancada evangélica del país.
Los cariocas ostentan el título de ser los que más millones de creyentes católicos tienen en el mundo, con 123 millones de fieles. La influencia de la religión en muchos de los ámbitos de la sociedad en Brasil es alta. La libertad de género no está exenta de ello. Brasil alcanzó en el 2017 un número de 445 víctimas por homofobia, su máximo en la historia.
Nuestro país no queda lejos de esta terrible realidad para la comunidad LGBT, pues de 2015 a 2017, fueron asesinadas por su orientación sexual 202 personas. Aquí también la Arquidiócesis Primada de México publicó diversos textos en los que afirman que «a quien tiene una desviación sexual, la Iglesia quiere ayudarle a controlarla, no a entregarse a ella».
México ocupa el segundo lugar mundial en crímenes en contra de la comunidad LGBT. (Foto: Ansa Latina)
Las diversas organizaciones que están a favor de la comunidad LGBT en el mundo aseguran que las creencias religiosas y la política no deberían ir de la mano y menos en naciones declaradas laicas constitucionalmente. Señalan en Amnistía Internacional Brasil que «en la última década se buscó producir políticas que pudieran proteger a grupos vulnerables como gays y personas trans, pero fracasaron en su mayoría, debido a un cambio en la visión de la política», según Jurema Werneck, director ejecutivo de AI Brasil.
En México, incluso, hay recintos clandestinos en los que se intenta “curar” la homosexualidad a través de la palabra de Dios. Ahí se les minimiza y se les agota psicológica y físicamente a aquellos que son enviados por familiares o amigos para que la “enfermedad” se les “vaya del cuerpo” y regresen a interpretar el papel que la iglesia les dio en esta vida.
Pese a que se indique que se vive en naciones que aceptan y practican la tolerancia en referencia a los derechos de la comunidad LGBT, aún son muchas las personas que, influenciadas por la Iglesia Católica, cometen no sólo discriminación ante la libertad de género y quienes la practican, sino también crímenes de odio que se siguen replicando alrededor del mundo.
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