En respuesta a una demanda hecha por un grupo de opositores del Brexit que exigían que la decisión de abandonar la Unión Europea pasara por aprobación legislativa, el Tribunal Superior del Reino Unido, dictaminó que sólo el Parlamento Británico tiene el poder de activar el proceso del Brexit.
Lo que se determinó a través del dictamen fue a quién le corresponde el poder para activar la salida de la Unión Europea e informar de esta movida oficialmente a Bruselas, si al Parlamento (a votación) o al Jefe de Estado (Theresa May).
Días antes de esta decisión la primer ministro, Theresa May, había anunciado que la desconexión empezaría antes de finalizar marzo de 2017, una promesa que, tras el fallo del Tribunal, ya no podrá cumplir.
De acuerdo con lo que publicó el periódico El País al respecto, la posibilidad de que los diputados que conforman el Parlamento bloqueen el Brexit es muy baja a pesar de que la mayoría de los legisladores se oponen a la salida de la UE, de fondo, pocos estarían dispuestos a revocar una decisión tomada por el pueblo británico en referéndum.
El periodista Pablo Guimón sugiere otra alternativa: “Lo que sí podrían hacer es tratar de reconducir el proceso hacia una salida más limitada, la opción que se conoce como Brexit blando, que priorice el acceso al mercado único renunciando a la intransigencia con el control de fronteras.”
Por el momento, el fallo tomado por el Tribunal se adentra en lo que parece será un proceso largo y difícil, donde las autoridades británicas se verán forzados a tomar decisiones.
Aún no está claro en qué deberá consistir la participación del Parlamento: si se limitarían a una mera aprobación (un sí o no) o si, por el contrario, se trataría de un verdadero proceso de legislación.
En el primer caso, la votación podría ser rápida, respetando el compromiso de May de activar la salida antes del final de marzo de 2017; en el segundo, estaríamos ante un proceso lento, que incluiría probablemente a las dos Cámaras y un debate potencialmente duro.
*Con información de El País