En junio de 2010 la estatua de seis metros de alto hecha de bronce del dictador soviético Josef Stalin (1878-1953) en Gori, su ciudad natal en Georgia, fue removida del sitio en el que se había montado originalmente para ser trasladada al patio del museo Stalin. Tres años después, en julio de 2013, y bajo la decisión del municipio de Gori, la estatua regresó como parte de un museo en el que se podrían ver los horrores de la era soviética.
Pero el pasado 1 de septiembre, otra estatua del dictador soviético Iosif Stalin fue instalada en la ciudad georgiana de Telaví, la que fue desmontada por decisión de las autoridades locales, quienes argumentaron que había sido erigida de manera ilegal, pues la organización “Estalinista” y la Unión de Veteranos de Georgia, quienes financiaron y procedieron a la colocación de la estatua, no contaban la con autorización oficial.
Shotá Lazariashvili, presidente de “Estalinista”, calificó el desmantelamiento de la estatua de acto de vandalismo. Dijo que “es una vergüenza nacional que en Tiflis (la capital) haya una estatua de Reagan (expresidente de EU, Ronald) “, mientras en las ciudades de Gori y Telaví no se pueden erigir monumentos en honor al georgiano más famoso de la historia.
Basta recordar que hace poco el presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, aliado de EU y enemigo del Kremlin, lanzó una campaña contra todos los símbolos soviéticos, mismos que comparó con los fascistas, en el marco de esa campaña, su Gobierno desmontó otro gran monumento al “padre de los pueblos” en Gori, su ciudad natal, y cerró un museo dedicado a su figura en la ciudad de Batumi.
Stalin gobernó la Unión Soviética de forma tiránica desde los años treinta hasta su muerte, implantando el régimen más totalitario que haya existido jamás; pero también hay que atribuirle la realización del proyecto socioeconómico comunista en Rusia, la extensión de su modelo a otros países vecinos y la conversión de la URSS en una gran potencia. En un período que duró 1936-39, Stalin inició una campaña contra los supuestos enemigos de su régimen: La Gran Purga, en el que se ejecutaron a cientos de miles de personas. Las principales figuras del Partido Comunista como los viejos bolcheviques , Leon Trotsky y dirigentes del Ejército Rojo murieron tras ser declarados culpables de conspirar para derrocar al gobierno y Stalin.
Para muchos, Stalin fue el responsable de millones de muertes en purgas políticas, campos de trabajos forzados y una colectivización agrícola forzada. Pero por muchos otros, es considerado, también, un héroe pues dicen que la Unión Soviética no habría derrotado a la Alemania nazi o no se habría industrializado sin él.
Stalin, cuyo nombre real era Dzhugashvili, gobernó la Unión Soviética desde 1924 hasta su muerte.