Indudablemente, la Verdeamarela de Brasil es la playera más famosa en toda la historia del futbol. Para los aficionados, esa camiseta es el máximo símbolo del Jogo Bonito y la promesa de siempre mostrar un juego espectacular en cualquier cancha del mundo. Para los rivales, el verde y el amarillo imponen un miedo que se ha construido con la leyenda de jugadores que han portado la playera como Pelé, Garrincha, Vavá, Zico, Ronaldo o Ronaldinho.
La maldición del Maracanazo
Hasta antes de 1950, el color oficial de la playera de Brasil era el blanco. Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando ese país sudamericano fue elegido como anfitrión del Mundial por la FIFA, millones de personas creyeron que ésa era la gran oportunidad para que el futbol brasileño se colocara en el lugar que le correspondía. Aquel equipo de figuras como Chico, Ademir, Friaía, Barbosa, Jair, Zizinho, Juvenal o Augusto estaba obligada a cumplir los pronósticos en casa bajo el mando del director técnico, Moderato Wisintainer. Por ello, en el partido definitivo por el título ante Uruguay en el Estadio Maracaná, Brasil era el claro favorito para imponerse ante casi 200 mil personas. No obstante, la mayor sorpresa en la historia del futbol estaba a punto de gestarse.
Cuando Brasil tomó la ventaja con gol de Friaía al minuto 47′, la fiesta estaba lista para desatarse en todo el país. Uruguay necesitaba dos goles en menos de 45 minutos ante el mejor equipo del planeta y eso era, en aquel tiempo, una hazaña prácticamente imposible. Sin embargo, ante el asombro de todo el mundo del futbol, el legendario Juan Alberto Schiaffino marcó al 66′ y Ghiggia anotó el gol más trascendente en la historia del balompié al minuto 79′. Maracaná enmudeció, la fiesta en Brasil se canceló y Uruguay se proclamaba campeón del mundo por segunda vez en su historia.
El origen de la Verdeamarela
El impacto de la tragedia en Brasil fue tal que el color blanco fue considerado maldito por los aficionados, jugadores, directivos y medios de comunicación. A partir del Maracanazo, la selección brasileña jamás volvió a utilizar la playera blanca en un torneo oficial y se ordenó un concurso para encontrar los nuevos colores del equipo. El proyecto ganador fue, efectivamente, el mítico amarillo con verde basado en los colores de la bandera de Brasil. ¡La Verdeamarela había nacido!
Luego de la maldición del Maracanazo y el color blanco en la playera, la Verdeamarela llevó a la gloria eterna al futbol brasileño. Tras la aparición de un joven de 17 años llamado Pelé, Brasil se convirtió en amo y señor del futbol ganando los Mundiales de Suecia 1958, Chile 1962 y México 1970. Aquel tricampeonato le valió a Brasil quedarse con la Copa Jules Rimet para siempre en sus vitrinas. El cuarto título para Brasil llegó en Estados Unidos 1994 con la magia de Romario y Bebeto, mientras que el Penta se dio en Corea-Japón cuando el brillante Ronaldo Nazario tuvo una actuación espectacular para ganar el Mundial de 2002.