Mientras a la gran mayoría de los mexicanos les cuesta trabajo reunir los requisitos necesarios para obtener un crédito y poder adquirir una vivienda, en el país existe una clase social que se da ciertos lujos, como comprar un departamento de lujo en Miami con valor de un millón de dólares.
Los ciudadanos mexicanos que no pertenecen a esa alta esfera batallan para completar las rentas, cuotas de mantenimiento y pagos de servicios para no tener problemas con sus hogares, mientras que otros, esos pocos que se dedican a la política y forman parte de la clase social más privilegiada del país pueden comprometerse a pagar más de 200 mil pesos al año para que sus lujosas propiedades en el extranjero no tengan ninguna clase de problemas.
Alejandra Barrales, exsenadora y actual presidenta nacional del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) fue una de las voces que se alzaron para exigir que el presidente Enrique Peña Nieto fuera juzgado y castigado por el indignante caso de la “Casa Blanca”, una propiedad con valor aproximado de 7 millones de dólares la cual supuestamente era propiedad de la primera dama Angélica Rivera, pero no aparecía en ninguna declaración patrimonial y por la cual el presidente salió a pedir “perdón” por no actuar con transparencia.
Ella, Alejandra Barrales, es también dueña de un departamento en la ciudad de Miami, Florida, en Estados Unidos, con un valor de un millón de dólares, de los cuales pagó casi 700 mil dólares en efectivo y después solicitó un crédito por 297 mil dólares para terminar de pagar la propiedad.Esta información no fue revelada hasta el lunes 20 de marzo, cuando la cadena televisiva Univisión entrevistó a la presidenta del PRD y le preguntó sobre la procedencia de ese departamento que ellos habían descubierto era de su propiedad y que después presentaron en un reportaje.Esto encendió las alertas de Barrales y envió una carta aclaratoria al Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) en la cual expresa que en la adquisición de ese departamento no hay “nada incorrecto ni ilegal”.Todo esto porque Juan Pardinas, director del IMCO indicó en entrevista para Univisión que la dirigente del PRD no incluyó en su declaración patrimonial, fiscal y de intereses dicho departamento, el cual fue adquirido el 1º de febrero del 2016.
“La información está documentada desde 2015 cuando presenté mi declaración patrimonial al Senado de donde se dice sustrajeron información. El inmueble está también en mi declaración patrimonial en la CDMX, presentada en agosto de 2015 cuando fui secretaria de Educación CDMX”, respondió Barrales en una carta publicada en su cuenta de Twitter. “El inmueble al que hace referencia Univisión también se encuentra en mi declaración 3 de 3 hecha el 28 de abril del 2016. No existe ningún ocultamiento en ninguna de mis declaraciones patrimoniales, como lo hace suponer la información publicada”.El departamento de la polémica se encuentra en la zona de Sunny Isles Beach, la cual se caracteriza por poseer lujosos desarrollos inmobiliarios, Barrales informó en una nota aclaratoria para la plataforma 3de3 que el recurso con el que se dio el enganche del departamento fueron varios pagos, todos ellos salidos de su cuenta de ahorros personal.
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Además especificó que si el departamento no aparece explícitamente en su declaración patrimonial es porque el inmueble es parte de la empresa Albama, la cual tiene una compañía filial llamada Maxba Development Inc, la cual fue la encargada de adquirir la propiedad y en su 3de3 Barrales declaró que ser dueña del 99 por ciento de las acciones de dichas compañías, por lo cual calificó de “inexactitudes” las acusaciones en su contra por no declarar la propiedad de este departamento.Lo que no ha aclarado es si los mexicanos deberíamos envidiar su capacidad de ahorro y los sueldos que ha obtenido dentro de la política mexicana o será que tenemos razones suficientes para indignarnos y exigir transparencia en cuanto a la obtención de recursos para pagar ese tipo de lujos.
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