Huachicoleros que roban millones de pesos en combustible, corrupción sin medida como el caso Odebrecht, malas decisiones y un hambre voraz de poder, son sólo algunas cosas que han puesto en crisis a Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa estatal más importante de México.Como ya nos tiene acostumbrados desde hace unos meses, Pemex continúa con el recorte de empleos en su búsqueda de la “rentabilidad”.La petrolera ha anunciado que prescindirá de dos mil 785 trabajadores del área de Exploración y Producción, por “no contar con los recursos suficientes para el mantenimiento de las plazas” y ante la disminución de la carga de trabajo derivada de las menores inversiones.
Esta nueva oleada de despidos, adelantada por La Jornada, se suma a la decisión tomada en el presupuesto federal para 2017 donde se despediría a casi nueve mil trabajadores, de los cuales 70 por ciento serán plazas de bajo nivel.Con los nuevos despidos, la plantilla de Pemex cerrará 2017 con 37 mil empleados menos que en 2014, año en que empezaron los recortes más drásticos.¿Pero qué ha hecho mal Pemex? El inicio de la crisis presupuestal y de producción apunta a la administración de Emilio Lozoya, exdirector de Petróleos Mexicanos, quien salió en 2016 por orden del presidente Enrique Peña Nieto, dejando en su lugar al actual director José Antonio González Anaya.Lozoya ha sido acusado por empresarios de corrupción, hacer sobregastos en diversos proyectos y decisiones equivocadas, lo que provocó la caída en la producción y exportación del crudo nacional.
Aunque Lozoya se ha deslindado de todas las acusaciones al asegurar que durante su gestión no hubo corrupción, hay empresarios del ramo petrolero que han señalado que para obtener una cita con el exdirector de Pemex, se tenían que pagar cuotas de tres millones de pesos. Ese costo, según versiones, era sólo para recibir y si en la reunión se llegaba a un acuerdo para contratos, había porcentajes desde el 5% hasta el 15% que el empresario debía pagar.Se sabe, extraoficialmente, que los rumores de corrupción, junto a los números rojos en la petrolera llegaron a oídos del actual secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, quien habría mandado a llamar a Lozoya para preguntarle la veracidad de las acusaciones. La cosa ya parecía ser seria por lo que el propio presidente Peña Nieto pidió reportes de la situación de Pemex.Fue hasta una reunión del mandatario mexicano con el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, donde se entregó un reporte que advertía que si seguía creciendo el déficit entre el gasto de Pemex con su producción, la inversión en el país se perdería.
Según relata el periodista Salvador García Soto en su columna de El Universal, la advertencia caló, por lo que el presidente pidió la renuncia de Emilio Lozoya de la dirección de la petrolera mexicana.El caso Lozoya concluirá en unos días cuando la Fiscalía de Brasil entregue a la Procuraduría General de la República (PGR), el expediente de los sobornos pagados a funcionarios mexicanos por la empresa brasileña Odebrecht. Se cree que esto revelaría, como en varios países latinoamericanos, toda una red de corrupción en Pemex.
Este 2017, bajo el mando de González Anaya, la empresa de Petróleos Mexicanos ha tenido que cargar con esa crisis y una más derivada del robo constante de combustible donde podrían estar involucrados diversos empleados.Los llamados “huachicoleros” le han hecho un hoyo financiero a Pemex por 20 mil millones de pesos, reconoció hace unas semanas José Antonio González Anaya.Aunque estos nuevos despidos en la clase obrera han sido una constante en la empresa, una cifra que contrasta es que en 2017 crecerá el número de altos mandos de la empresa de 452 a 541, incluso se duplicará el número de directores en Pemex.
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