Ninguno de los habitantes de una pequeña localidad en el norte del Reino Unido sabían realmente de dónde obtenían dinero. Este noviembre se enteraron que su pueblo es la sede de un imperio de la industria pornográfica, juegos de apuesta y citas pagadas por Internet.
Consett es una localidad de 27 mil habitantes que desde los años 80 enfrenta problemas económicos debido al cierre de empresas dedicadas a la producción de acero que dejó sin trabajo a 4 mil 500 personas.
Por esta situación, cuando alguien se acercaba a los habitantes de Consett para invitarlos a un negocio que les haría ganar algunos dólares extra a cambio de enviar y recibir sobres por correo, no dudaban en aceptar la propuesta, aunque no supieran de lo que se trataba.
Una investigación periodística de la agencia Reuters dio al fin con el origen de cientos de empresas fantasma que servían como respaldo financiero de sitios web pornográficos, páginas de apuestas y otras tantas de citas pagadas por Internet.
El autor de esta red de empresas y que involucró a los habitantes de la pequeña localidad del Reino Unido es Simon Dowson.
Dowson se encargó de crear las empresas fantasma y convencer a los habitantes de Consett de firmar contratos como directores de esas empresas y de prestarles su nombre y dirección a cambio de 62 dólares y un pago anual de 170 dólares. Su tarea era muy sencilla: recibir sobres que llegaban por correo y reenviárselos a Dowson.
En estos sobres se enviaban los pagos que cada empresa generaba y la información fiscal correspondiente para poder mantener los negocios “en orden”.Dowson, ganaba entre 3 mil 100 y 4 mil dólares por cada empresa creada, más mil 500 dólares anuales por administrar cada una de ellas, por lo que el sueldo que les ofrecía a los pobladores de Consett y que para ellos era una buena ayuda, eran sólo migajas de su jugoso negocio.
La investigación de Reuters afirma que por lo menos 429 personas fueron involucradas, todas ellas sin relación o parentesco para evitar que cuando el fisco de Reino Unido sospechara e investigara, pudiera cruzar la información y arrestar al responsable. Lo único que tienen en común los “directores” de estas empresas es su lugar de residencia.El señor Mawson es uno de los más de 400 involucrados. Contó a la BBC que fue reclutado por uno de sus vecinos, quien le contó que era un trabajo realmente sencillo y al hacerlo no implicaba nada de esfuerzo, además de que unos dólares extra no le vendrían nada mal.“Lo único que me dijeron es que debía recibir los sobres y enviarlos a una dirección acordada”, Mawson explicó. “No era mucho dinero, pero lo único que yo quería era tener un poco de efectivo extra”.Él y otros involucrados, como Andrew McBride, aseguran que no sabían realmente de qué se trataba su negocio, ni estaban enterados que sus nombres figuraban en la lista de directores de empresas, sin embargo Simon Dowson afirmó a Reuters que todos los que firmaron un contrato con él estaban enterados de qué se trataba el negocio y no fueron engañados.John Mawson, otro de los directores de empresas fantasma, también le dijo a la BBC que supo de qué se trataba todo hasta que la curiosidad lo llevó a buscar en el navegador el nombre de la empresa que aparecía en los sobres que recibía y descubrió que se trataba de un sitio pornográfico.Cuando esta red de empresas salió a la luz, las autoridades británicas comenzaron a investigar a Dowson, sin embargo aún no enfrenta ningún cargo penal que pudiera llevarlo a la cárcel y sólo un puñado de las empresas cerraron.
“Tal vez no es la forma correcta ni la mejor práctica, pero no es ilegal de ninguna manera”, dijo Simon Dowson para Reuters. “Creo que voy a dejar de usar personas que no tienen ningún entrenamiento como directores”, sentenció.
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