La Guerra de Siria, que ha destruido al país en cinco años de conflicto y provocado la mayor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial, enfrenta ahora un gran problema médico en Aleppo, una de los puntos rojos de la nación.
El conflicto armado en Siria cumplió cinco años en marzo pasado y se ha cobrado la vida de más de 330 mil personas. El país ha quedado en ruinas y el 80 % de su población vive en la pobreza. El surgimiento del grupo terrorista Estado Islámico precipitó la crisis de refugiados, los cuales se cuentan por millones.
Mientras las potencias mundiales miran hacia otro lado, los problemas en algunas ciudades se han vuelto catastróficos. La guerra ha sido tan cruenta que los periodistas y los médicos, que siempre son los primeros en llegar y los últimos en irse, han sufrido pérdidas vitales para poder seguir ejerciendo sus trabajos.
En el caso de los médicos, cuyo esfuerzo en Siria se mantiene gracias a las organizaciones civiles y no gubernamentales, los problemas son cada vez mayores en su intento por salvar vidas.
En Aleppo, uno de los enclaves de la guerra civil siria, la Asociación Médica Siria ha denunciado que sólo quedan 30 doctores.
La población actual es de 250 mil habitantes. Cerca de 85 mil son niños. Además de la crisis de médicos en Siria el equipo médico escasea. En una ciudad sitiada por varios enemigos, es imposible que las organizaciones puedan cambiar esa dinámica.
Las tres consecuencias más visibles de la situación que vive Aleppo son las siguientes:
1. La cantidad de heridos supera en más de 10 veces a los médicos disponibles
Tan sólo en las últimas semanas se han reportado 280 muertos. El domingo pasado, después de una ofensiva militar, el saldo de heridos fue de 400. Cada médico disponible, incluyendo cirujanos, pediatras, enfermeras y asistentes, tendría que atender en teoría, a 11 pacientes cada uno al mismo tiempo.
No todos ellos son capaces de atender pacientes, ya que algunos tienen heridas más complejas. Tampoco pueden trabajar todo el tiempo, pues aunque se ha documentado que realizan jornadas exhaustivas, es imposible mantener el ritmo.
El otro problema al que se enfrenta es que, con la falta de equipamiento, tampoco pueden realizar acciones tan sencillas como aplicarles suero.
2. Niños operados sin anestesia
La escasez ha llevado a los médicos a atender pacientes en lugares que no cumplen con la higiene mínima. Además, han tenido que realizar operaciones sin anestesia, porque todas sus reservas se terminaron.
Eso ha provocado escenas “dantescas”, como las califican los reportes de organizaciones de Derechos Humanos. Los niños, que son uno de los sectores más afectados, han tenido que pasar por el doble suplicio de sufrir ataques inesperados todo el tiempo y, además, soportar el dolor de una eventual operación.
3. Discriminar pacientes para salvar a los necesarios
En el caso de los pacientes que no son tan “afortunados” por ser operados sin anestesia, su destino es todavía peor.
Sin médicos que atiendan, ni equipamiento para hacerlo, en los últimos días se ha reportado que se ha tenido que discriminar pacientes.
Sólo se atienden a aquellos que no necesitan una operación compleja. Incluso los que “pueden” ser atendidos tienen que esperar, porque el número de víctimas, incluso cuando ya se ha “discriminado” a la mayoría, sigue superando a los médicos disponibles.
*Con información de: El Universal, Infobae.com, El Mundo, Daily Mail, Newshub.co.nz