Fue durante los dos primeros días de abril que el Periódico “El Norte” de Ciudad Juárez dejó de publicar su edición impresa debido a la falta de garantías para ejercer periodismo crítico.¿Uno de los detonantes? El reciente asesinato de una de sus colaboradoras, la periodista Miroslava Breach, quien fue abatida el pasado 23 de marzo por un grupo de hombres armados que le dispararon y huyeron.Breach quien antes fuera directora editorial y al final de sus días, colaboradora de “El Norte”, sufrió las consecuencias de llevar a cabo una actividad profesional que no tendría por qué tener como destino final la muerte; ante investigaciones y denuncias de corrupción, Miroslava llevaba el seguimiento y principal línea de investigación entorno a la Fiscalía, donde la periodista denunció y documentó los nexos de la política de Chihuahua con el narcotráfico vivido en diferentes municipios de la sierra del estado.
Una de las actividades más peligrosas en México: el periodismo
Los ejes de investigación entorno Miroslava Breach justo se enfocan en la actividad profesional que ejercía, situación ante la cual el gremio periodístico ha señalado en incontables ocasiones la violencia criminal e institucional que existe entorno.Conforme a datos provistos por la Fiscalía de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), a lo largo de poco más de 6 años se han registrado 798 denuncias por agresiones a periodistas, de las que 47 han sido por asesinato, donde el 99.7 por ciento de las agresiones no han recibido la debida sentencia.
Periódicos como El Heraldo de Chihuahua, El Diario de Chihuahua, portales digitales Norte y Aserto, así como el diario La Jornada donde Miroslava Breach colaboró como corresponsal, fueron testigos de la cobertura profesional que la periodista dio a lo largo de 20 años a un sin fin de temas relacionados a la violación a los derechos humanos, luchas por la tierra en comunidades indígenas de la sierra y actividades relacionadas con el crimen organizado. Breach investigó los móviles que facilitaron al narco el destierro de la sierra a cientos de familias en los que comunidades como Milpillas, El Huicochi y La Lobera sufrieron las consecuencias de una guerra perdida contra grupos delictivos, sicarios que terminaron despojándolos de sus viviendas y propiedades tan sólo para sembrar amapola, obtener goma de opio y con ello, la base de la heroína que promovió el cultivo de la marihuana en la región.
Falta de garantías en medio de la violencia criminal e institucional
Ante la falta de garantías y en medio de un ambiente de violencia criminal e institucional, el director de “El Norte” de Ciudad Juárez, Óscar Cantú Murguía se despidió el domingo 2 de abril de sus lectores haciendo hincapié en la falta de garantías para ejercer el periodismo en Chihuahua, líneas dedicadas a sus lectores en las que por supuesto hizo mención de la trágica y sentida muerte de Miroslava Breach, en la que el ingrediente principal fue el alto riesgo y la incertidumbre de la debida protección y seguimiento de protocolos de defensa de periodistas por parte del estado.
Agresiones mortales, impunidad, malas prácticas y actos de corrupción por parte de particulares y de gobiernos fueron denunciados durante 27 años por “El Norte” de Ciudad Juárez, de las que Cantú Murguía señaló que sólo jugaron en detrimento de su ciudad y de sus habitantes; aunque satisfecho de brindar diferentes oportunidades de empleo y de haber sido escuela y semillero de grandes periodistas, el director de “El Norte”, agradeció a sus anunciantes y lectores dando cierre con ello a la versión impresa del diario.
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