No importa su edad o su género, la capacidad de relación de los chimpancés con su entorno y su retención rotativa con respecto a su memoria les facilita aprender a interactuar con juegos de destreza o azar como el famoso piedra, papel o tijera, según un estudio de la Universidad de Kioto y la Universidad de Pekín.
Según Jie Gao, director de la investigación, los chimpancés adultos tienen un coeficiente intelectual similar o en ocasiones mayor al de niños humanos de entre 6 y 10 años, por lo que estos simios desarrollan sus capacidades cognitivas de una manera inesperada.
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Esto se debe a que su relación entre los juegos de azar con tres señales, no son lineales, sino dinámicos, sus patrones cognitivos se adecuan de mejor manera a este tipo de interacciones debido al funcionamiento cerebral de sus neuronas.
El equipo del Instituto de Investigación de Primates de la Universidad de Kioto utilizó siete chimpancés de diferentes edades y sexos, quienes se sentaron en una mesa dentro de una cabina de monitoreo con pantallas táctiles frente a ellos controlados por computadoras. Anteriormente fueron entrenados para detectar las señales del juego, por lo que se les fueron presentadas en las pantallas para su identificación.
Posteriormente, captan la dinámica de juego con secuencias ordenadas de: papel, piedra, y tijeras. Una vez captada la secuencia se les mostraron en diferente orden los signos donde cinco de los siete chimpancés completaron en entrenamiento después de 307 sesiones.
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Los mismos resultados fueron lanzados en pruebas aplicadas a niños de preescolar y primeros años de primaria. «Esto quiere decir que los niños adquieren capacidad de aprender en relación circular para resolver problemas de patrones de manera transversal», dijo Gao.