Es portador del miedo, del terror. Huele a muerte. Tiene la terrible capacidad de mutar y de viajar por el mundo transmitiendo su peligrosidad.
Su tamaño no es proporcional al de su alto riesgo. Vuela y así pasea sus amenazas de muerte que ya ha cumplido en miles de personas alrededor del mundo. Se trata del Aedes Aegypti, el mosquito transmisor del zika.
Ha sido prácticamente imposible vencerlo, pero los epidemiólogos esperan que con las nuevas tecnologías creadas para detener a las larvas infectadas por este bioterrorista con alas, puedan avanzar para evitar su desarrollo.
Este año será lanzado un bioherbicida que es capaz de destruir los criaderos de larvas infectadas por parte de este mosquito. Apenas se está probando en América Latina y se espera que el impacto sea positivo para evitar más muertes por las enfermedades que transmite.La manera de reproducción de las larvas es demasiado simple pero su ataque es mortal. El mosquito pone sus huevos en las paredes del agua estancada. Estos se despegan con la lluvia, se caen y al abrirse, las larvas surgen de esos huevos en un periodo de siete días.
El proceso lo explicó el infectólogo de la Universidad Federal de Río de Janeiro, Dimilson Migowski quien aseguró que “el bioherbicida impedirá que las larvas se desarrollen. La fórmula perfora el intestino de la larva y, a su vez, destruye su capacidad de volar para seguir infectando”. Lo que se pretende con este bioherbicida, es que en un periodo de entre cuatro y seis horas, las larvas de los mosquitos sean destruidas.
Este bioherbicida que ha sido probado en Malasia y que actualmente se utiliza en Brasil, no es la única arma con la que los epidemiólogos tratan de combatir al Aedes Aegypti.
Un medicamento hecho a base de plantas ancestrales, está siendo analizado para prevenir o curar los síntomas causados por el piquete del mosco, sobre todo por los causados por el chikunguña, el dengue y el zika.Aunque se calcula que este medicamento salga al mercado hasta 2020, será el primero que actúe como preventivo y curativo a la vez. Los resultados han sido tan positivos, que aseguran que inhibe al cien por ciento que el mosquito replique la infección por dengue. “Sabemos que el virus seguirá circulando entre los insectos, pero lo importante es proteger al ser humano”, sentenció Migowski.
Las estadísticas son alarmantes. En 1980 el dengue afectó a 1.5 millones de personas en América Latina. En 2015, fueron 10 millones y actualmente estaría afectando a más de 14 millones de personas.
Uno de los factores importantes a tomar en cuenta dentro de las consideraciones que científicos como Migowski recomiendan, es tratar de no estancar el agua, no importa si está sucia o limpia. Este es el principal factor por el cual el virus se reproduce y por el que cada día se hace más fuerte.
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