En una megalópolis con contingencias ambientales, en la que no se pueden realizar actividades físicas al aire libre y se restringe la circulación vehicular, para muchos sería impensable que en la Ciudad de México existan zonas de plantaciones.
La avena forrajera es un cultivo nativo del campo citadino, que se destina para alimentar al ganado, como caballos y mulas de pastoreo cuando se convierte en paja, o bien, para los ejemplares de vacunos y ovinos.
Si estás pensando que es en la alejada delegación Milpa Alta donde más se cultiva este grano, te equivocas, porque más de la mitad de las superficies donde crece se encuentra en la delegación Tlalpan, ubicada al sur de la capital mexicana.
El segundo sitio, con 37 por ciento, en efecto corresponde a Milpa Alta, mientras que el resto se reparte en Xochimilco, Tláhuac, Magdalena Contreras, Cuajimalpa y Álvaro Obregón.Además, esta singular planta da servicios ambientales, como la recarga de mantos acuíferos. El punto es que cada año se producen unas 110 mil 403 toneladas de avena forrajera.
La producción la lidera de igual forma Tlalpan con 75 mil 944 toneladas, seguida por Milpa Alta con 22 mil 204, Xochimilco con 3 mil 405, Tláhuac con mil 163, Magdalena Contreras con mil 140, Cuajimalpa con 190 y Álvaro Obregón con 109.
Para garantizar su permanencia en las escasas áreas verdes de la capital mexicana, se estableció en la primera Constitución de la Ciudad de México fomentar la agroecología, y la protección de estas especies.
Desde el gobierno hay apoyos para estos cultivos nativos, como dotarlos de materia prima, pagar el barbecho y rastra o la compra de avena entera, en conjunto con facilidades para adquirir maquinaria para trabajar la tierra.La producción en conjunto de las siete delegaciones ubica a la Ciudad de México en el lugar 15 a nivel nacional, que llega a dejar ganancias por casi 84 millones de pesos al año.
Las temporadas de siembre son de octubre a enero, pero los meses de mayor producción son noviembre y diciembre.
Al tratarse de una semilla muy ligera, es difícil que quede bien repartida en una superficie, pero como otros granos, se cosecha cuando ya está madura, con ayuda de una segadora mecánica o una hoz, si es que se hiciera a mano.
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