El amargo sabor de los resultados para México en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro apenas puede mitigarse con una medalla de plata y una de bronce. Las críticas, burlas, reclamos y exigencias por parte de la ciudadanía hacia los deportistas, y especialmente para Alfredo Castillo, titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), a quien ya se le exige su renuncia, serán un tema que dará mucho de que hablar.
Los ciudadanos mexicanos son severos; cuando se triunfa en las justas deportivas, ya sea en el fútbol, en el caso de la selección, o en una hazaña deportiva individual gracias a atletas como Misael Rodriguez, todos somos México, pero cuando las cosas no salen bien, nos olvidamos de nuestra nacionalidad y se da paso al linchamiento mediático tanto de atletas como de directivos e instituciones.
El tema lleva a una pregunta clara: ¿estamos los espectadores avalados moralmente para criticar con tanta severidad el actuar de los atletas mexicanos y de las autoridades encargadas del deporte en México? En lo que se respecta a las autoridades, parece que las quejas son justificadas. Un claro ejemplo es Alfredo Castillo, quien está al frente de la Comisión Nacional del Deporte ocupando un puesto para el cual no está capacitado; nunca fue un atleta de alto rendimiento, entrenador o administrador deportivo, lo que pone en tela de juicio su experiencia y habilidad para atender las necesidades de los atletas mexicanos.
Su desconocimiento sobre cómo manejar la comisión quedó en evidencia cuando, en una entrevista, dijo que “la Conade es una agencia de viajes que propiamente lo único que hace es dar el dinero a las Federaciones”. Pero los señalamientos para el señor Castillo no son nada nuevo, previo a obtener el puesto como titular de la Conade, se le confiaron distintas responsabilidades como la investigación de la misteriosa muerte de Paulette, la detención de Elba Esther Gordillo, el esclarecimiento de la explosión en la Torre de Pemex y la seguridad de Michoacán, labores que dejaron mucho que desear de su desempeño y las cuales no tienen nada que ver con el tema del deporte en el país. Pero ahí lo tenemos, paseándose por Brasil con su pareja mientras los deportistas salen a competir con uniformes parchados y se quejan de la falta de apoyo por parte de las autoridades.
Ahora, si pasamos al tema de las críticas ciudadanas para con el desempeño y actuación de los atletas en lo que va de las justas olímpicas, se antoja hipócrita e inmoral el hecho de que no se aprecie el esfuerzo y dedicación de un grupo de personas las cuales, a pesar de no haber obtenido todas las preseas que nos hubieran gustado, pertenecen al selecto grupo de los mejores atletas sobre el planeta; algo por demás sorprendente si analizamos la escasa cantidad de personas en México que dedican algo de su tiempo a practicar un deporte o hacer ejercicio.
De acuerdo con el más reciente estudio presentado por el INEGI sobre la Cultura Física y el Deporte en el país, el 56 % de la población mexicana de 18 años y más es inactiva físicamente, hecho que se atribuye a la falta de tiempo y al cansancio después del trabajo.
Sin embargo, el sedentarismo, también se debe a la falta de infraestructura: la mala calidad de las banquetas, ciclovías, espacios para ejercitarse, áreas verdes, diseño urbano y el acceso a la educación, así como la cantidad de horas que las personas pasan frente a las pantallas se han convertido en los principales obstáculos entre los mexicanos y el deporte.
Aunado a esto, el exceso en el consumo de bebidas azucaradas y comida poco saludable nos ubica como la segunda nación con más problemas de obesidad y sobrepeso (52% de la población) entre los miembros de la OCDE y como la primera de América Latina. Esto significa que una de cada dos críticas hacia los atletas proviene de alguien que sufre alguno de estos padecimientos y no se ejercita. Irónicamente, la atleta olímpica que más críticas y burlas recibió, fue la gimnasta Alexa Moreno, a quien se le juzgó por su peso.
Ante este escenario, el reto para que nuestro país figure de manera importante en eventos deportivos, se ve como algo complicado de lograr, ya que además de los problemas como la falta de tiempo e infraestructura, México carece de un programa eficiente para la detección, selección y desarrollo de talentos deportivos desde una temprana edad para formar atletas profesionales que participen con éxito en competencias deportivas tanto nacionales como internacionales.
Así que, para todos aquellos que critican sin fundamentos, sería mejor que dediquen su tiempo a un mejor fin como hacer ejercicio, alimentarse sanamente o apoyar a los atletas que, en muchas ocasiones, no son respaldados ni por su propia federación.
***** *Fuente: INEGI.