«Querido diario, ya he tenido cuatro cuentas de Twitter en un año. La última fue bloqueada anoche. No importa lo vagos que sean mis detalles o si las fotos que uso son genéricas. Es como si alguien me estuviera vigilando. Cada vez que esto ocurre siento que debo rendirme. Ellos quieren silenciarme».
El miedo con el que Zahir escribe estas palabras en Facebook sacude hasta los huesos. La red social le sirve para expresar su ateísmo en Pakistán, un lugar en donde cuestionar la existencia de Dios puede llevarlo a los brazos de la muerte.
Aún así, tanto Zahir como cientos de pakistaníes, utilizan las redes sociales para reunir a aquellos que, con identidades falsas, expresan su inconformidad por ser obligados a profesar el islam. Las amenazas de muerte y la represión no son factores para detenerlos en su afán de expresar sus ideas.
*Foto: BBC.
En Pakistán, recientemente fue aprobada una ley sobre delitos cibernéticos, la cual indica que publicar contenido que pueda ser considerado blasfemo, es ilegal. En junio pasado Taimoor Raza, un joven que posteó en Facebook sobre su falta de creencia en el islam, fue sentenciado a muerte.
«Un amigo y yo acostumbrábamos dirigir un grupo juntos en internet», declaró Omar, otro de los ateos que, bajo una identidad falsa, publicaba su sentir sobre no creer en ninguna religión. «Supe que él había sido severamente torturado. Una vez que te secuestran, lo más probable es que tu cuerpo termine en una bolsa».
En lo que va del 2017, son seis los activistas que fueron secuestrados después de publicar fotos en redes sociales no sólo con temáticas ateas sino también en contra del gobierno. «El Estado lo hace deliberadamente para que los que quedan tengan un ejemplo de que si sobrepasan los límites, también se enfrentarán a ese tipo de cosas».
*Foto: Asia News.
«Querido diario. Fueron ocho días de torturas y 20 días de curación. Todo mi cuerpo estaba negro», continuaba Zahir en otro de sus relatos en Facebook. «Me hicieron firmar una declaración que decía que me arrepentía de lo que había hecho y que no me comprometería en blogs políticos o religiosos. Que mi familia sería atacada si yo hablaba a los medios».
Las publicaciones se redujeron y ahora se realizan reuniones en las que si bien, el ateísmo es el tema central, el saber cómo van las cosas en la vida diaria con la represión y el acoso que sufren, también es un tópico constante.
Desafiar al Estado y desafiar al mismo tiempo al islam, provoca que los secuestros aumenten pero, a la par, crece el ímpetu por defender sus ideales y sus creencias, mismas que no están basadas en lo que la mayoría de la población de Pakistán apoya su fe.
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