Un atentado suicida reportado este miércoles en el Palacio de Justicia de Damasco, la capital de Siria, dejó al menos 31 muertos y 60 heridos, entre los que podría haber civiles, informó la agencia de noticias nacional SANA. Este es el segundo ataque suicida en la capital en tan sólo cinco días.
De acuerdo a lo dicho por un funcionario de justicia, Ahmed al-Sayyid, para el canal de televisión Al-Ikhbariya, el terrorista activó el cinturón de explosivos que portaba después de que la policía intentó detenerlo a la entrada del edificio, localizado en el distrito de Hamidiya, muy cerca de la ciudad antigua.
Al-Sayyid sentenció que se trató de una “acción sucia”, ya que las personas que intentan ingresar al recinto “son inocentes” y que la explosión estaba planeada para matar al mayor número de abogados, jueces y civiles que se encontraran ahí en esos momentos.
Otro abogado, testigo del atentado dijo para la agencia AFP que todos estaban aterrados porque “el sonido de la explosión fue enorme”. Momentos después de la detonación, se refugiaron en la biblioteca, ubicada en los pisos más altos. “Fue una escena sangrienta”.
Hasta ahora se desconoce al autor del ataque, el segundo registrado en la capital siria en cinco días. El sábado pasado, un doble atentado suicida mató a 40 peregrinos chiítas cerca de un cementerio. Un grupo armado yihadista se atribuyó esa masacre.El jefe de policía de Damasco, Mohammad Kheir Ismail, el atacante vestía un uniforme militar y portaba una pistola y granadas cuando llegó a la entrada del Palacio, alrededor de las 13:20 hora local.
Horas después, SANA informó de un segundo ataque, en el que un terrorista suicida detonó su cinturón de explosivos al interior de un restaurante en Rabué, al oeste de Damasco, tras “ser perseguido y rodeado por las autoridades competentes”. Hasta ahora no se tiene una cifra oficial de las víctimas.
Este ataque coincide con el sexto aniversario del inicio de la Guerra Civil en Siria, iniciada como un movimiento contra el presidente Bashar Al-Assad y que ha dejado casi medio millón de muertos y un país destrozado por los bombardeos, sepultado entre los escombros.
El Mundo explica que el número de ataques en “zonas controladas por el gobierno sirio, que domina las principales ciudades del país, se ha incrementado en los últimos meses”. En enero se suscitó un ataque en el distrito de alta seguridad de Kafr Susa, en Damasco, en el que murieron diez personas, ocho de ellas soldados.
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