Poco a poco los legisladores de más países se abren al debate y descubren que la marihuana no necesariamente debe asociarse con aspectos negativos, ya que es una planta que posee propiedades benéficas para el tratamiento de enfermedades que, de no ser por ésta, serían sumamente complicados de controlar.
Ahora fue Argentina el país latinoamericano que dio un paso al frente y se unió a otros de la región, como Colombia, Uruguay y Chile, aprobando el proyecto que avala el uso medicinal de la marihuana, legislación que obtuvo el visto bueno de la Cámara de Diputados desde noviembre del 2016.
Esta ley garantiza que cientos de pacientes tengan accesos al aceite de cannabis, permitiendo la importación de esta sustancia hasta que el gobierno de Argentina tenga las condiciones adecuadas para producirlo; fue aceptada por unanimidad, con 58 votos a favor, en una larga sesión donde se discutieron varios asuntos y la votación para avalar la ley para permitir el uso de la marihuana medicinal se dio sin debate previo, debido a que el proyecto ya había pasado por varias discusiones y ya existía consenso en las comisiones legislativas.
“Ahora tenemos un marco legal en lo que es el una para la investigación, tratamiento y producción de cannabis medicinal”, declaró Ana María García, presidenta de la asociación Cannabis Medicinal Argentina (Cameda), en entrevista para medios locales. “No había nada en Argentina y fue lo que nosotros como madres y organizaciones encontramos”.
Cameda y varios grupos más de madres de niños con enfermedades, especialmente epilepsia, impulsaron desde hace más de un año un documento en donde expresaban la necesidad urgente de regular sustancias elaboradas con cannabis para el tratamiento de enfermedades.
Sin embargo, aunque esto no deja de ser un gran avance en la legislación del país sudamericano, la ley aprobada sigue castigando hasta con 15 años de prisión a quienes cultiven marihuana, en el caso de tratarse de un cultivo “grande”, y con dos años de prisión si en el juicio se determina que el cultivo era exclusivo para uso personal.
“La ley es un poco compleja, estamos muy emocionadas todas las mamás que estuvimos todo el año pasado haciendo un trabajo de hormiga, visitando tres o cuatro despachos por día explicando a diputados y senadores lo que le damos a nuestros hijos”, admitió en entrevista para El País Yamila Casagrande, madre de Benjamín, un niño que padece el síndrome de West con epilepsia refractoria, es decir, un tipo de enfermedad que rechaza la medicación y produce entre 200 y 300 convulsiones al día. “Estamos felices pero tenemos en claro que está súper incompleta y hay muchos huecos, porque nosotras desde el día uno peleamos por el autocultivo”.
Por su parte, Mariano Fusero, abogado de la Asociación de Pensamiento Penal explicó que la ley autoriza el cultivo de cannabis por parte del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria con fines de investigación y para elaborar las sustancia destinada a los tratamientos, pero ahora deberá ser reglamentada para tratar también de habilitar el autocultivo para las familias de los pacientes enfermos.
El artículo 8 de la nueva ley autoriza la creación de un Registro Nacional Voluntario para que se autorice el cultivo a pacientes y familiares de afectados, sin embargo no se modificó el apartado de la antigua ley, que data de 1989, en donde se indica que el cultivo se trata de un delito únicamente en los casos que se realicen sin autorización o con destino ilegítimo.
Fusero explicó que para poder contemplar el autocultivo, la ley debe ser clara y no dar lugar a interpretaciones vagas y discrecionales; lo mismo ocurre en el caso de investigación, ya que existe una ley desde hace 50 años, respaldada por organismos internacionales, en donde se permite que el Estado realice investigaciones con cualquier sustancia prohibida y garantizar sus usos médicos y científicos.
En pocas palabras, la nueva ley no modificó nada en cuanto a las personas que se convierten en proveedoras de la materia prima para los medicamentos basados en el aceite de cannabis, y muestra de ellos que el mientras el senado aprobaba esta resolución, la activista, cultivadora y dosificadora de aceite, Brenda Chignoli, era detenida en la provincia de Córdoba y sufría el allanamiento de su casa con la finalidad de incautar sus plantas de marihuana.
La mujer recuperó su libertad la madrugada de este jueves, mientras las madres de niños enfermos celebraban la nueva ley que permite el uso medicinal de la marihuana en Argentina.
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