Muchas personas se pasan toda una vida buscando a esa persona especial a quien amar y compartir los mejores momentos, sin embargo esa búsqueda suele durar muchos años. Gertrude Mokotoff y Alvin Mann son el ejemplo de que tal vez el verdadero amor tarda un poco en llegar.
Ambos se conocieron hace ocho años en un gimnasio de Middletown, Nueva York, donde acuden para hacer ejercicio al menos dos veces a la semana. The New York Times relata que en su primera cita, Alvin la llevó a un restaurante llamado Something Sweet (Algo Dulce).
«Fue todo un caballero», aseguró Gertrude Mokotoff a The New York Times, mientras Alvin aseguraba que «Ella tenía algo que hizo que yo quisiera seguir hablando».
*Foto: Justin Gilliland/The New York Times
Después de esa cita, nada volvería a ser igual. En un instante, ellos comenzaron su romance, comenzaron a hablar de sueños, metas y la vida que les esperaba juntos.
Alvin Mann, un estadounidense que viajó por todo el mundo cuando era un joven marino, regresó a casa para enfocarse en obtener un título universitario, mismo que obtuvo en Historia en 2016. Actualmente tiene 94 años.
Por su parte Gertrude Mokotoff, quien tiene 99 años, es exalcaldesa de Middletown y en su retiro se dedicó a diseñar y construir su hogar, por lo que estaba ansiosa de compartirlo con una buena compañía.
*Foto: Justin Gilliland/The New York Times
Ambos se enamoraron y conforme pasaban los meses, él se volvía más cercano a ella. En junio de este año, después de uno de varios viajes nocturnos a casa desde la Ópera Metropolitana de Nueva York, ella decidió no esperar más.
«Le pedí que se casara conmigo. Estaba cansada de estarlo esperando», aseguró a The New York Times Gertrude Mokotoff.
Él aceptó y lograron casarse el 5 de agosto en el ayuntamiento de Middletown, donde se juraron eterno amor ante el alcalde Joseph DeStefano y cincuenta familiares y amigos.
«La edad no significa nada para mí o para Gert. No vemos a la edad como una barrera. Todavía hacemos lo que queremos con nuestras vidas», indicó Alvin Mann.
*Foto: Justin Gilliland/The New York Times
Aunque la historia de Mann y Mokotoff suena feliz, mucho tiempo antes de que fueran presentados en aquel gimnasio, sus vidas ya estaban completas. Ambos son viudos, tienen siete hijos, doce nietos y siete bisnietos.
«La gente siempre nos pregunta qué nos mantiene jóvenes», aseguró Alvin Mann. «Por supuesto, una parte es la ciencia médica, pero lo más importante es que vivimos la vida sin preocuparnos; no dejamos que nos molesten en lo más mínimo aquellas cosas que no podemos controlar».
The New York Times asegura haberle preguntado a Alvin Mann cómo cambiaría su vida ahora que otra vez es un hombre casado.
«Nada va a cambiar. Hemos hecho tantas cosas juntos y, aceptémoslo, ambos sabemos que ninguno de nosotros encontrará a otra pareja», aseguró Mann. «Desde ahora somos solo nosotros dos, juntos, hasta el último día de nuestras vidas».
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