El ingenio mexicano es una característica que se ha vuelto un punto de referencia a la hora de hablar de la raza de bronce; en algunas ocasiones, dicho adjetivo nos beneficia, en otras, no tanto; sin embargo, esta “habilidad”, con la cual muchos se sienten orgullosos e identificados, se ha convertido en, lo que parece ser, la manera popular de describir a nuestros connacionales.
El día amaneció nublado y una ligera lluvia mantenía la carretera por la que me deslizaba húmeda y resbalosa. El parabrisas del auto estaba empañado y la falta de alumbrado público dificultaba la visibilidad de la señales de tránsito.De pronto, entre los aullidos frenéticos de una sirena, una patrulla me hizo la parada. – Orillese a la orilla, ordenó el oficial a través de un altavoz.
Por un par de metros me hice el desentendido hasta que se me pegó y de manera contundente me hizo entender que me hablaba a mí.Coloqué la direccional, me dirigí al acotamiento y apagué el coche. – ¿Qué tal, oficial, le puedo ayudar en algo?

– ¿Acaso no me escuchaba?

–Perdón, no pensé que me estuviera hablando a mí.

–Se pasó un semáforo, necesito ver su documentación y tendré que aplicarle una multa y restar los puntos correspondientes a su licencia.

-Oficial, por favor, no reste puntos a mi licencia, pago la multa pero no se meta con mis puntos, exclamé con preocupación.
Inmediatamente el oficial detectó mi punto débil; sabía que me tenía. – Mire, joven, con el nuevo reglamento la multa se eleva a más de mil pesos, yo tengo prisa y no tengo intenciones de hacerle perder su licencia de conducir; ayúdeme a ayudarle.
Las cartas estaban sobre la mesa.De acuerdo con un estudio realizado por la organización “Opciona”, a principios de este año (2016), el 96 por ciento de los mexicanos sólo ven la corrupción en los demás y consideran que sobornar a las autoridades para librarse de un problema o para acelerar un trámite no es un acto de corrupción sino de astucia e ingenio. Aunado a esto, cuando en la encuesta se les insinuó que los actos que ellos calificaban como astutos o ingeniosos también eran corruptos, muchos de los entrevistados se sintieron ofendidos. La investigación realizada por dicha empresa incluyó el análisis de 16 grupos de enfoque, una encuesta nacional y un estudio etnográfico.
Extraje la cartera de mi bolsillo y me aseguré de abrirla con mucho cuidado para que el oficial no pudiera ver su contenido. El debate conmigo mismo entre si lo que estaba a punto de hacer era correcto o incorrecto duró relativamente poco. Tire la primera cifra:– Sólo traigo 150 pesos, oficial, ¿así quedamos?

– Uuuuy, joven, cómo le explico, va a tener que echarle más ganas si quiere que le tire paro.
La negociación concluyó en 200 pesos, un par de chocolates y todo el cambio que traía en el cenicero del auto. Me devolvieron los documentos y seguí con mi camino.Más que culpa u orgullo por mi manera de actuar, me sentí seguro una vez que me pude librar de la policía. Incluso, pensé que mi error había salido barato.En un país donde la corrupción y la impunidad abundan, no hay acto de corrupción chico o grande, toda acción que fomente una de las problemáticas que más daña a la nación es totalmente inaceptable.
La investigación de la empresa Opciona también reveló que el 79 por ciento de los encuestados asocia a la corrupción principalmente con el gobierno, los políticos, la policía y los servidores públicos, es decir, para los mexicanos, la corrupción es una actividad de los trabajadores del Estado, nosotros, los ciudadanos, sólo somos víctimas de un sistema roto y, con tantos problemas, por qué no beneficiarnos o sacar ventaja de uno de tantos que nos puede facilitar la vida (triste pero cierto).Aunado a esto, la población clasificó la corrupción como el cuarto problema más preocupante en el país; el primero, dijeron, es la inseguridad.Sin embargo, esta primera preocupación de los mexicanos se deriva de un sistema corrupto e impune que no permite que el resto de las instituciones puedan ejercer sus funciones de manera adecuada, ya que una vez que la corrupción se ha permeado infectando todo el sistema, se vuelve una labor casi imposible poder solucionar los temas como la inseguridad, la economía o la delincuencia que preocupan más a la gente que los actos de corrupción.
Por último, en el estudio se preguntó cuáles serían las medidas necesarias para terminar con dicho problema, a lo que los encuestados respondieron que se debe empezar por educar a los niños y jóvenes, e imponer sanciones más duras para los políticos, gobernantes y ciudadanos que cometan estos actos.Sin embargo, los mexicanos también consideraron que es responsabilidad de los gobernantes combatir esta problemática, la cual, si no se erradica de arriba hacia abajo (comenzando por las autoridades que son quienes deberían poner el ejemplo) y se instauran mecanismos que invaliden a los ciudadanos a participar o fomentar el problema, aunque ellos los deseen, nunca se terminará con la corrupción.Finalmente logré llegar a mi destino y me encontré con una fila enorme para realizar los trámites que necesitaba. Me acerque a recoger mi turno y me preguntaron:¿Quiere pase rápido o turno normal?; el rápido cuesta 100 pesos, el normal es gratis. Revisé mi cartera, vi fijamente a quien me hizo la oferta y le dije: deme uno de los…

*Fuente: Encuesta Opciona.