El Ejército Mexicano, en alianza con 12 estados de la República, compró un software capaz de espiar a los ciudadanos: a través de las computadoras y teléfonos celulares de los ciudadanos, lograron capturar información privada y personal.
Es estudio “El Estado de Vigilancia: Fuera de Control”,realizado por la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D) se basó en alrededor de 600 solicitudes de información pública y reveló que aún sin tener facultades legales para hacerlo, sin evidencia de haberlo empleado en operaciones legales se adquirió y usó injustificadamente el programa de espionaje.
De acuerdo al trabajo de investigación, las compañías internacionales Hacking Team (Italia), NSO Group (Israel) y FinFisher (Reino Unido), especializadas en “la intervención de dispositivos de comunicación y cómputo”, brindaron sus servicios a al menos 12 estados mexicanos.
A través de compañías intermediarias, los gobiernos de Baja California, Chihuahua, Durango, Tamaulipas, Jalisco, Nayarit, Tlaxcala, Estado de México, Ciudad de México, Puebla, Guerrero y Campeche, compraron el servicio.
El estudio explica que la mayoría de las autoridades que adquirieron el software de Hacking Team “no poseen facultades legales o constitucionales para intervenir comunicaciones privadas”. R3D explica que México intentó justificar la compra porque “estaba destinado a sus fiscalías”, “las únicas facultadas por la constitución” para intervenir comunicaciones.
De acuerdo a lo explicado por Animal Político, en México únicamente las procuradurías y fiscalías de los estados, además de la PGR, el CISEN y la Policía Federal, “están facultados para intervenir las comunicaciones privadas de una persona”, pero en todo caso debe de existir una previa autorización de un juez federal especializado en cateos e intervenciones.
El informe de R3D concluyó que no había sustento para hacerlo ni se justificó la inversión realizada (6 millones de euros) y nadie ha podido comprobar que fue empleado para operaciones legales.
ANTECEDENTES DE ESPIONAJE
La revelación no es el único escándalo de espionaje en el que el gobierno mexicano se ha involucrado: hace un par de meses, el diario norteamericano The New York Times sentenció que México pagó alrededor de 15 millones de dólares para contratar el servicio de la empresa de ciberespionaje NSO Group. Esa maniobra digital instaló software espía en los iPhones de los ciudadanos.
El año pasado, Animal Político reveló que la empresa Hacking Team, una compañía que aparentemente da servicios de ciberseguridad, pero que en realidad vende software malicioso y espía, fue hackeada.
Los datos que pudieron recabarse dejaron al descubierto algunos de los gastos que han hecho los países que solicitaron sus servicios y el que llevó la delantera en compras fue México: al menos 16 gobiernos estatales y dependencias federales pagaron alrededor de 100 millones de pesos entre 2011 y 2014.
