NAGANO, JAPÓN.- En un suceso que puede llegar a calificarse de extraordinario, tres personas murieron y una resultó herida en un acto de violencia que combinó disparos y apuñalamientos en la ciudad de Nakano, prefectura de Nagano, en Japón. Según las autoridades, entre las víctimas se encuentran dos policías, mientras que los heridos fueron trasladados a un centro médico cercano.
Los testigos relataron los actos particularmente crueles del perpetrador en Nakano
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Alrededor de las 20:00 horas, se escucharon disparos en el lugar, generando alarma y pánico entre los vecinos. El sospechoso, quien se cree que se atrincheró en la casa de un funcionario de la ciudad, previamente se había escondido en un edificio cercano portando un cuchillo y un rifle. Vestido con ropa de camuflaje, el agresor se convirtió en un objetivo de búsqueda en un radio de más de 300 metros, lo que llevó a las autoridades a acordonar el área y a solicitar a los residentes que permanecieran en sus hogares.
Aunque aún se desconocen los detalles en torno a este acto de violencia, incluido el motivo del ataque, un testigo presencial informó a la prensa que observó al sospechoso persiguiendo y apuñalando a una mujer. Incluso se enfrentó al agresor, preguntándole por qué estaba llevando a cabo dicho acto, a lo que el sospechoso respondió agrediendo de nuevo a la víctima y diciendo “la maté porque quería”, antes de abandonar la escena.
El testigo se comunicó de inmediato con la policía, mientras que otros vecinos quienes se apresuraron a ayudar comenzaron a administrar RCP a la mujer en un intento desesperado por salvarle la vida. Sin embargo, el agresor regresó al lugar armado con una escopeta y abrió fuego contra los policías que llegaban, según reportes. El sospechoso llevaba una gorra, gafas de sol y una máscara. El testigo, abrumado por el miedo, describió la situación como indescriptible.
El empleado de una tienda en las inmediaciones describió la angustiosa experiencia y dijo: “Escuché las sirenas a todo volumen de las ambulancias y los autos de la policía. Se transmitió un anuncio urgente a través de un altavoz, instruyendo a las personas a refugiarse en el interior debido al incidente de tiroteo activo“.
Japón cuenta con uno de los controles de armas más estrictos del mundo, lo que hace que este tipo de sucesos sean extremadamente raros en el país. A pesar de ello, hechos recientes relacionados han generado preocupación en la nación asiática, especialmente aquellos vinculados a dispositivos fabricados de manera casera.
En abril de este mismo año, un individuo lanzó un cilindro humeante hacia el primer ministro, Fumio Kishida, mientras se preparaba para dar un discurso. El atacante, Ryuji Kimura, había demandado al gobierno japonés, exigiendo que se le pagaran 100.000 yenes en compensación por su angustia psicológica. En un documento presentado ante el tribunal, Kimura argumentó que el sistema electoral que bloqueó su candidatura era inconstitucional.
Los actos de violencia en Japón se han replicado durante los últimos meses
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En julio del año pasado, el asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe conmocionó al país y al resto del mundo. Un exmiembro de las fuerzas de autodefensa disparó contra el político mientras se encontraba en un acto de campaña en la ciudad de Nara. La policía informó que el arma usada era de fabricación casera.
Tetsuya Yamagami reveló a la policía que su objetivo inicial era atacar al líder de un grupo religioso al que culpaba de la quiebra de su madre debido a sus grandes donaciones de dinero. También expresó su resentimiento hacia Abe, alegando que el ex primer ministro había respaldado y promovido activamente dicho grupo religioso en Japón, negando así que el ataque fuera producto de motivaciones políticas.
A pesar de estos recientes incidentes, la violencia armada sigue siendo sumamente inusual en Japón. Las leyes japonesas establecen rigurosos exámenes y pruebas de salud mental para adquirir un arma de fuego. Incluso en esos casos, sólo se permite la compra de escopetas y rifles de aire comprimido. A medida que se investiga este último incidente en Nakano, las autoridades y la población japonesa se enfrentan al desafío de comprender los motivos detrás de estos actos y tomar medidas para mantener la seguridad y el bienestar de la sociedad.