Sarah no aguantaba más. Llegaba a su trabajo con el cuerpo lleno de moretones, producto de los golpes que recibía por parte de su pareja. Sus compañeros le decían que debía dejar esa relación destructiva, que no le hacía nada bien así que siguió la recomendación pero sabía que su decisión traería más consecuencias.
Como integrante de los Testigos de Jehová, Sarah informó a su congregación, en la que también estaban sus padres y hermanos, sobre su decisión de separarse de su pareja. En ese momento sufrió algo llamado “desasociación”, un proceso que refiere a la exclusión del grupo religioso.
Desde ese momento, Sarah no ha tenido contacto con su familia, pues para algunos Testigos de Jehová, según sus palabras a BBC Mundo, «dejar su fe no significa solamente abandonar su religión, sino también perder a sus seres queridos».
Los líderes decidieron separarla en lugar de apoyar su decisión. (Foto: News Week)
Cuando su novio rompió sus costillas, Sarah decidió decir “basta”. Al hacerlo y ser desasociada, amigos y familiares cortaron de tajo la comunicación con ella. ¿Por qué? Según Sarah, la creencia de los Testigos de Jehová radica en que aquellos que no pertenecen a su religión o que no creen en ella, pueden perjudicar su fe.
Apenas en julio de este año, se dio a conocer el caso de Karen Viney, una mujer a la que de niña, integrantes de los Testigos de Jehová abusaron sexualmente de ella. Viney declaró ante las autoridades que los líderes del grupo religioso no actuaron en contra de quienes violaron a la entonces niña, porque para ello necesitaban dos testigos que declararan a favor de Karen.
Algo así está sucediendo con Sarah. Los líderes, al saber los abusos de su pareja, prefirieron excluirla a castigar la conducta de la ahora expareja de Sarah. Cuando fue desasociada, la madre de Sarah no le dirigió la palabra y al otro día, a las siete de la mañana, decidió correrla de su casa.
Sarah considera que también hay personas buenas dentro del grupo religioso. (Foto: Forum)
Cuando se enteraron de las acusaciones de Sarah, los Testigos de Jehová indicaron que aunque no puedan hablar de datos individuales, «la violencia, ya sea física o emocional, es fuertemente condenada en la Biblia y que no tiene lugar en ninguna familia cristiana».
Aunque le haya sucedido esto y no tenga contacto con su familia, Sarah asegura que dentro de la religión también hay personas que le enseñaron buenas cosas. «Hay buenas personas en la religión que creen que están salvando la vida de la gente. Miro al pasado y siento tristeza porque nunca volveré a sentarme con ellos en una comida dominical», sentenció Sarah, quien también ha expuesto su caso en la televisión del Reino Unido en donde sus declaraciones no han sido bien recibidas.
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