La oscuridad es permanente en el hipódromo Grayville en la ciudad de Durban, en la costa este de la provincia de KwaZulu-Natal en Sudáfrica, sólo se escucha el coro de 2 mil personas llenas de euforia para observar a un nuevo campeón del torneo bimestral Pro-Am de Artes Marciales Mixtas (MMA, por sus siglas en inglés), uno de los deportes más violentos en los últimos años.
En la jaula resuena las instrucciones de los entrenadores, uno alienta a Iksaan Rahaman, un luchador peso gallo, integrante del equipo local conocido como Gorgeous Boyz Hardcore (GBH), mientras que un oponente anónimo es abucheado por algunos, vanagloriado por otros.
La campana suena y la multitud enloquece después del primer golpe, los primeros rounds fueron difíciles para Rahaman, pero un impulso sale de su cuerpo para conectar una serie de patadas y derribar a su oponente, en el suelo sólo se escucha el hule espuma rebotar sobre el rostro del oponente hasta noquearlo.
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La victoria es inminente, pero Rahaman quiere levantar los brazos junto a su entrenador, Roland DIamini, el primer campeón peso welter negro de Sudáfrica, un hombre ciego que no se ha dejado vencer por su condición en los últimos cinco años.
En redes sociales, algunos lo nombran el “verdadero Daredevil”, en apología al superhéroe ciego de Marvel que lucha en la oscuridad de Hell’s Kitchen, un barrio de Manhattan, Nueva York.
Pero sí, la historia de Roland DIamini bien podría superar las ficciones en películas como Rocky o Karate Kid.
En entrevista para la BBC recordó que en 2009, DIamini se convirtió en el primer campeón peso welter negro de MMA de Sudáfrica, sin embargo, su vida cambió en 2012 después de una victoria más en Nueva Zelanda, donde de la pelea empezó a sentir fuertes dolores de cabeza, al trasladarlo a un hospital fue diagnosticado con meningitis, una inflamación del tejido delgado que rodea el cerebro y la médula espinal, llamada meninge, usualmente a causa de una infección.
Roland fue el primer campeón peso welter de Sudáfrica, fue conocido como “The Black Mamba”. (Foto: Facebook)
En el nosocomio sufrió un coma, cuando despertó estaba totalmente ciego.
Perdí la cabeza. No sabía más quién era. Culpé a Dios, lloraba mucho por lo que estaba pasando.
Tras descargar su rabia, pensó en resignarse, olvidar su pasión deportiva y regresar a estudiar la carrera en transporte y logística en una escuela para personas invidentes. Durante las conversaciones, muchos relataron que son víctimas de violencia, robos y hasta violaciones.
Después de despertar ciego, culpó a Dios y maldijo su existencia. Hoy ayuda a personas invidentes a defenderse en las calles. (Foto: Facebook)
DIamini despertó con un nuevo reto personal, dar clases de defensa personal a invidentes a través del ejercicio, el sonido y el tacto.
Cuando eres ciego te puede enfocar lo que puedes escuchar, oler y tocar.
Entre sus mejores marcas como luchador, Roland pesaba 78 kilos con una estatura de 1.76 centímetros, su apodo era “The Black Mamba” por sus golpes mortales y ágiles. Su récord profesional fue hasta 2012 con un impresionante 27 victorias contra dos derrotas.
Hoy todos sus sentidos son más agudos, y dedica su vida a ayudar a personas en su misma condición, pero también entrena a nuevos talentos. A pesar de ser ciego puede pelear, atacar y someter a sus alumnos sin piedad alguna.
Uno de sus sueños a futuro es tener más alumnos para motivarlos y recordar que la ceguera no puede detener a nadie para conseguir sus metas.
Necesitas concentrarse en lo que puedes hacer, no en lo que no puedes hacer.
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