El gobierno del Reino Unido anunció este miércoles la expulsión de 23 diplomáticos rusos de su territorio, después del envenenamiento de un exagente ruso en territorio británico. Theresa May, la Primer Ministro, dijo que esta expulsión es la más grande en la historia diplomática británica en 30 años.
Sin embargo, esto no implica que se romperán las relaciones bilaterales, ya que todavía deben esperar los resultados de las investigaciones sobre el caso avancen, además de que no es un tema de “interés nacional”.
Esta medida evidencia la inevitable ruptura diplomática entre ambos países, sobretodo después que May amenazara con disminuir su asistencia en la Copa del Mundo de Rusia este verano. Pero previo a la ruptura, el gobierno ruso negó rotundamente su participación en cualquier ataque neurotóxico contra agentes del Estado.
«Los rusos han tratado el uso de un agente neurológico de grado militar en Europa con sarcasmo, desprecio y desafío», dijo la primera ministra insistiendo en que no hay duda alguna en que el Estado ruso fue el culpable en el intento de asesinato del exagente Skripal y su hija.
Lo que sí es definitivo es que esta postura diplomática vendrá en conjunto con nuevas propuestas legislativas que contrarrestarán cualquier amenaza de un Estado hostil.
Podría interesarte:
Aquiles, el gato sordo que adivinará los partidos del mundial de Rusia
Rusia presenta armas nucleares invencibles y pone a temblar la paz mundial