La contaminación en el planeta está alcanzando niveles nunca antes vistos, situación que está poniendo a la humanidad cerca de un punto de no retorno. Un ejemplo de esa dramática polución se da luego de que investigadores dieron a conocer que las concentraciones de radio-228 en el Océano Ártico han aumentado en sólo ocho años, entre 2007 y 2015.
Hay que aclarar que la radiación encontrada por los científicos es demasiado baja como para ser una amenaza en sí misma, pero esta sí podría actuar como un marcador de tendencias preocupantes sobre la contaminación en el planeta.
El calentamiento global es el causante del derretimiento del Ártico. (Foto: Mundo verde)
Según señala en la revista científica Science Advances el investigador Lauren Kipp, de la Institución Oceanográfica Woods Hole, el cambio climático ha afectado particularmente a la región ártica a través del aumento de las temperaturas en la región del Océano Ártico, situación que ha traído consigo la reducción de la capa de hielo, el descongelamiento del permafrost —la capa de suelo permanentemente congelado— y la mayor descarga de los ríos, que, en conjunto, alteran los ciclos de nutrientes y carbono en la vasta plataforma continental del Ártico.
Los investigadores explican que los sedimentos en las plataformas continentales que constituyen la mitad del territorio del Océano Ártico contienen isótopos de torio, que se van degradando radiactivamente al radio.
«A diferencia del torio, el radio es relativamente soluble en el agua de mar», indicó Kipp en Science Advances. Con esta nueva medición de radiactividad, los científicos aseguran que podrán saber cuál es la velocidad a la que el derretimiento del permafrost libera materiales solubles en el océano.
Este descubrimiento ayudará a entender mejor la contaminación en el Ártico. (Foto: Proyecto Humano)
Un factor a considerar es que no existen registros detallados de las concentraciones de radio en el Ártico antes de 2015, sólo algunas mediciones tomadas en 1994, 2002 y 2007, mismas que permitieron a Kipp concluir que el radio-228 ha aumentado considerablemente durante el período 2007-2015, y que la mayor parte de este aumento debe provenir de los sedimentos en el margen continental.
Una situación que ha inquietado a los científicos es el deterioro del permafrost, que anteriormente impedía la incorporación del radio sedimentario al océano. Esta gruesa capa de hielo, aseguran los investigadores, contiene algo mucho más peligroso que pequeñas cantidades del elemento radiactivo, tiene metano, sustancia que amplificaría enormemente el calentamiento global.
«Si incluso una pequeña fracción del carbono del suelo marino del Ártico se libera en la atmósfera, estaríamos jodidos», tuiteó el reconocido climatólogo Jason Box.
El Ártico se está derritiendo y poco estamos haciendo. (Foto: Noticias Ambientales)
A pesar de todos estos datos, lo cierto es que todavía no tenemos suficiente información para calcular la tasa de liberación de metano o carbono orgánico ocasionado por el derretimiento del permafrost. Pero el trabajo de Kipp y sus colegas podrán ayudar a proporcionar una base para futuras investigaciones.
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