Apoyado por todos sus compañeros, Jimmy Durmaz, jugador de la Selección de Suecia, tomó su teléfono celular y se plantó frente a los medios de comunicación para expresar su decepción por los ataques racistas que ha recibido desde su llegada a Rusia.
No ha jugado mucho con los suecos, sin embargo, su presencia ha incomodado a muchas personas únicamente por ser hijo de refugiados turcos. Los ataques recibidos en redes sociales, provocaron que alzara la voz y que en poco tiempo se convirtiera en un estandarte de la lucha en contra del racismo dentro del Mundial en Rusia. Aquí te contamos un poco de su historia.
Jimmy Durmaz lució decepcionado tras los ataques en Alemania. (Foto: Ovación)
¿Quién es Jimmy Durmaz?
Durmaz se desempeña como mediocampista en la Selección de Suecia. Apenas jugó quince minutos y un error cometido en el juego contra Alemania le costó múltiples amenazas y ataques racistas. Primero, porque su error permitió el gol con el que Toni Kroos puso adelante a los germanos en el juego de Fase de Grupos. Segundo, porque Durmaz es hijo de refugiados turcos.
Aprovechando el anonimato del que puede valerse la gente en redes sociales, los insultos dirigidos a Durmaz no pararon desde el momento en que cometió la falta durante el duelo ante Alemania. Contrario a lo que se pudiera pensar, el jugador de Suecia decidió alzar la voz para pedir un alto a los ataques racistas, convirtiéndose así en un referente en contra de la discriminación en la Copa del Mundo.
El momento en que Durmaz pidió que los ataques cesaran. (Video YouTube, vía spiegeltv)
¿Cómo fue que Durmaz se convirtió en un activista en contra del racismo?
La madre de Durmaz es aramea libanesa y su padre es arameo turco. Debido a los conflictos políticos en Turquía, huyeron para refugiarse en Suecia, país para el que juega Jimmy.
Tras ser víctima de estos insultos racistas por parte de aficionados suecos, Durmaz declaró: “soy sueco y estoy orgulloso de representar al equipo nacional de Suecia, es lo más grande para un futbolista, nunca voy a dejar que los racistas destruyan mi orgullo”.
Además de agregar que todos debemos enfrentar al racismo, agradeció a “todos los que me han mostrado su amor, significa mucho para mí, por favor continúen con su apoyo”. Los insultos que le lanzaron en redes sociales fueron “cucaracha”, “demonio árabe”, “talibán” o “terrorista”.
Tan sólo en 2015, según un reporte difundido en la radio pública sueca, se comenzaron a contabilizar múltiples ataques contra refugiados en un país que se caracterizaba por ser pacífico y tolerante. Indicaron que más de un 40 por ciento de la población negra en Suecia, había denunciado algún tipo de ataque racista o discriminatorio, por lo que se lanzó desde ese año una campaña a favor de los refugiados.
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