Los Juegos Olímpicos de Tokio comenzaron la ceremonia de apertura al ritmo de la tradición más nipona, con la madera y la historia de su capital como protagonistas bajo las luces blancas y rojas de su bandera. Tokio, la ciudad anfitriona del evento internacional, conocida antiguamente como Edo desde el año 1603 a 1868, presentó una de las características que florecieron durante este período, el uso de la madera y el trabajo carpintero, símbolos tradicionales del cuidadoso trabajo y la arquitectura nipona. ¿Qué significo esto para Japón? ¿Cuál es el significado de los aros en los Juegos Olímpicos? ¿Qué pasa con sus colores? ¡Aquí te damos todas las respuestas!
¿Qué significan los aros olímpicos y sus colores?
Los aros olímpicos son el principal estandarte de los Juegos a nivel mundial. La bandera del movimiento olímpico está formada por cinco aros que están entrelazados sobre un fondo blanco. Cada uno de los aros, no sus colores, representan la unión de todos los continentes y atletas sobre la Tierra. No obstante, en algo contrario a la creencia popular, los colores de los aros NO REPRESENTAN a los continentes o alguna raza humana. En realidad, cuando Pierre de Coubertin organizó los primeros juegos de la Era Moderna, los colores de los aros olímpicos fueron escogidos para representar a todos los países que participaron. Azul, amarillo, negro, verde, rojo y blanco eran colores que podían encontrarse en TODAS las banderas de TODOS los equipos participantes en aquella época.
Foto: EFE.
Madera muy especial
Durante la primera parte de la inauguración en Tokio, los bailarines, vestidos con “haori” o chaquetas de kimono, como solían vestir los trabajadores de la época, se lanzaron sobre andamios de madera, golpeando como carpinteros este elemento, imprescindible en la cultura japonesa. Al ritmo de una canción popular, homenaje a la Asociación de Bomberos de Edo, esenciales antes y ahora en el país para proteger del fuego a estas estructuras, el elenco de actores se desplegó en el centro del Estadio Olímpico.
Foto: EFE.
Liderados por una poderosa Miki Maya, conocida actriz del teatro femenino Takarazuka, portaron hasta el centro los anillos Olímpicos, hechos de una madera muy especial y de cuatro metros de diámetro. En los Juegos de 1964, los primera justa olímpica que se celebró en Japón, atletas de las distintas naciones participantes portaron semillas de árboles que fueron plantados en el país y hoy, cincuenta años más tarde, la madera de sus árboles, regresa al Estadio Nacional en forma de anillos. El Estadio Nacional, diseñado por Kengo Kuma, también revela la importancia y tradición de la madera en el país, pues su estructura está revestida con la madera de las 47 prefecturas de Japón.
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Foto de portada: EFE.
Con información de EFE.