El próximo lunes, por primera vez la historia, una atleta transgénero competirá dentro de los Juegos Olímpicos. En la prueba de levantamiento de pesas, dentro de la categoría de más de 87 kilogramos, la neozelandesa, Laurel Hubbard, buscará cumplir su sueño colgándose una medalla. Pese a la importancia del acontecimiento, las críticas no se han hecho esperar, ya que, de acuerdo a muchos expertos, tendrá una ventaja competitiva sobre el resto de mujeres.
Gracias al olimpismo
En 2012, cuando cumplió 30 años, Laurel Hubbard inició un tratamiento de reasignación de género. Cinco años después, la representante de Nueva Zelanda participaba como mujer en su primera competencia internacional. A lo largo de su carrera, Hubbard ya tiene una medalla de oro en Campeonatos Mundiales de Halterofilia y también en los Campeonatos del Pacífico. Sin importar lo que dirán, en un mensaje muy emotivo, Hubbard se declaró lista para el gran reto y agradeció que el espíritu olímpico haya prevalecido.
“Los Juegos Olímpicos son una celebración global de nuestras esperanzas, nuestros ideales y nuestros valores. Le doy gracias al Comité Olímpico por su compromiso para hacer que el deporte sea inclusivo y accesible”.
Foto: Reuters
Kereyn Smith, secretario general del Comité Olímpico de Nueva Zelanda dijo: “Laurel ha estado muy emocionada desde que llegó a Japón. Me la he encontrado comiendo feliz en la Villa Olímpica y entendemos que está cómoda. Se está preparando. Ella entiende el tamaño del escenario que enfrenta y está muy agradecida de poder competir en este ambiente”.
¿No hay igualdad de condiciones?
La gran crítica hacia la decisión del Comité Olímpico radica en la ventaja competitiva. ¿Cómo es posible que una mujer de 43 años pueda aspirar a una medalla en levantamiento de pesas? Históricamente, desde un análisis meramente deportivo, esto resultaría imposible. Una mujer tan veterana no tiene las condiciones físicas para competir con las mejores del mundo; no obstante, al ser una atleta transgénero, la situación es completamente distinta.
“Supongo que los médicos lo habrán evaluado. Yo doy mi opinión, pero no me parece lo más justo en un deporte en el que la fuerza es tan importante. Es un agravio, una situación desafortunada que desgraciadamente vamos a tener que vivir. La ganancia muscular que acumuló cuando competía como hombre, puede darle ahora una ventaja injusta”, dijo el levantador de pesas español, Andrés Mata.
David Sánchez, otro competidor que la conoce en halterofilia, va por la misma línea. “Tiene 43 años. Sería muy difícil que una mujer con esa edad lograse las marcas que ella está haciendo”.
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Foto de portada: EFE