Ayer se celebró el Día Mundial del Agua, que como tal no es una celebración, sino un recordatorio de todo lo que estamos haciendo mal y una alarma de lo que tuvimos que empezar a hacer desde hace años: cuidarla.
Sí, quizá aún a estas alturas muchos piensan, mal informados, que el agua no se va a acabar nunca, pero lo cierto es que aunque el planeta esté cubierto de agua en un 70 %, sólo el 2.5 % de esos 1,386 millones de kilómetros es dulce y de este 2.5 el 73 % no está disponible para el consumo humano, ya que existe en forma de hielo, glaciares y nieve.
Pero la cosa se pone peor si pensamos que a medida que crece la población mundial, las desigualdades socioeconómicas se hacen más profundas y las iniciativas para cuidar el agua disponible son negligentes debido a la corrupción.
¿Hay algo que hacer para dar un paso atrás en el futuro seco y contaminado que nos espera? Ojalá la respuesta fuera sí, pero lo cierto es que a medida que se analiza la situación mundial del agua, los informes sólo hablan de privatización, contaminación y desperdicio.
Las predicciones dictan 80 mil millones de toneladas de plástico en el océano para 2025. (Foto: Explora.cl)
Justo en este sentido va el último informe de Future of the Sea para Reino Unido, donde se reveló que al paso que vamos, la cantidad de plástico en el océano se triplicará en 10 años, a menos que se tomen medidas de emergencia que no sólo atiendan el plástico, sino también el calentamiento del agua y la contaminación por metales y químicos que acaban con la flora y fauna del ecosistema sin miramientos.
La proyección de la década de más contaminación se considera de 2015 a 2025, espacio de tiempo en el que, según los expertos, los residuos plásticos comenzarán a colmar las playas y a acumularse en las costas del mar en todos los continentes. Y aunque la gente está familiarizada con estas escenas apocalípticas, lo cierto es que se prevén reacciones de horror ante el ecocidio que estamos apresurando.
Aunque el gobierno británico se comprometió a eliminar los plásticos no reciclables en Reino Unido a un plazo de 25 años, aunque India ha prohibido el uso de plásticos desechables y aunque hay un montón más de medidas internacionales contra la industria plástica, lo cierto es que ningún esfuerzo parece suficiente ante el monstruo no biodegradable que alienta el capitalismo: bolsas, microesferas, comercio irresponsable y un largo etcétera.
La batalla contra la contaminación del agua va contra el plástico pero también sobre metales y químicos. (Foto: loquesigue.tv)
Una de las principales afrentas, según Ed Hill, director ejecutivo del Centro Nacional de Oceanografía en Reino Unido, es que sabemos menos de los océanos que de la Luna y Marte, y no es que esté mal saber de otras fronteras, sino que deberían redoblarse los esfuerzos en investigación y trabajo de saneamiento para evitar matar eso que sí tenemos a la mano y que es la base de toda la vida en el planeta.
Para las conclusiones devastadoras que ven al 2025 como el año cero, se mapeó la contaminación plástica con botes y aviones durante tres años. En estas mediciones, los microplásticos representaron el 8 % de la masa total de plástico en el agua, es decir, unos 1,8 billones de pedacitos de plástico provenientes de redes de pesca, juguetes, bolsas, popotes y hasta tapas de inodoros que han estado ahí desde por lo menos 1977. Una completa vergüenza para la responsabilidad ambiental internacional.
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