Ante el alarmante aumento de la violencia contra las mujeres a nivel mundial, el papa Francisco ha lanzado un mensaje contundente respecto a la naturaleza de los agresores. De acuerdo a ONU Mujeres, una de cada tres mujeres a nivel mundial ha sufrido violencia física o sexual a lo largo de su vida y, en el caso de México, 6 de cada 10 mujeres ha enfrentado al menos un incidente de violencia.
Un problema satánico
El papa Francisco no ocultó su indignación ante las estadísticas mundiales sobre la violencia contra las mujeres. Para él, esto es prácticamente una situación relacionada con el diablo. “Es muy grande el número de mujeres agredidas y abusadas en casa, también por el marido. Esto es es un problema que para mí es casi satánico, porque supone aprovecharse de la debilidad de quien no puede defenderse. Se están aprovechando de alguien que solo puede parar los golpes. Es algo humillante”, fue la declaración del papa Francisco, durante un programa de televisión en el cual escuchó a una víctima de violencia de género.
El pontífice recibió en el Vaticano a una mujer maltratada que perdió su casa y su trabajo por la pandemia de covid-19, a una mujer sin hogar y a un preso. Todo esto en el marco del programa de televisión llamado: “Francisco encuentra a los últimos”. La primera mujer, Giovanna, narró al papa Francisco su experiencia abandonando su domicilio con sus cuatro hijos; lo anterior, a causa de la violencia que sufría por parte de su pareja. El papa Francisco la consoló y denunció cualquier tipo de agresión contra las mujeres y los niños. “Ya es humillante cuando un papá o una mamá da un golpe a un niño. Siempre digo que eso no se hace, porque la dignidad es la cara. Giovanna es un ejemplo de dignidad y resistencia ante las calamidades. Yo percibo la dignidad, porque si no la tienes, tú no estarías aquí. Tú tienes la dignidad en la cara. Un rostro de alguien que sufre, pero, también el rostro de quien sigue adelante con su vida, la suya y la de sus hijos. Estás en camino, no te rindas. Tú, aún estás de pie”, fue el mensaje del papa Francisco para la mujer.
Foto: EFE
Las personas en situación de calle y los presos
Francisco también tuvo palabras para María, una mujer que durante muchos años vivió en la calle y que ahora reside en el Palacio Migliori, un albergue próximo a la plaza de San Pedro en el Vaticano, cuya apertura fue deseo del propio pontífice. Ante este ejemplo, el papa Francisco lamentó que las personas que rentan propiedades a nivel mundial, se hayan aprovechado de la situación de crisis económica durante la pandemia. “El golpe más duro de la sociedad es el hecho de ignorar el problema ajeno, es decir, la indiferencia. Estamos entrando en una cultura de la indiferencia en la que tratamos de alejarnos de los problemas, del hambre, del dolor, de la falta de trabajo y, con esta pandemia, los problemas han aumentado. La crisis ha generado la crueldad sobre la crueldad. La crueldad que ejercen los usureros. Los pobres y necesitados caen en las manos del usurero y lo pierden todo, porque estos no perdonan”.
El papa Francisco también escuchó el caso de Pierdonato, un hombre condenado a cadena perpetua y que lleva veinticinco años en prisión, tiempo en el que, con el estudio y la reflexión, asegura haber comprendido sus errores. El pontífice insistió en defender el objetivo para la redención y la reeducación de los sistemas penitenciarios: “Por eso la Iglesia está en contra de la pena de muerte. Una cárcel sin ventanas no funciona, es un muro, pero una ventana existencial, que haga pensar ‘yo se que saldré’. La cárcel debe tener ventanas”.
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Foto de portada: EFE
Con información de EFE