Durante más de nueve años, Morgan Hellquist había confiado en su ginecólogo de cabecera hasta que empezó a detectar una situación que cambiaría su vida para siempre. La mujer de 36 años comenzaba a sospechar que el médico, por increíble que parezca, podía ser su padre biológico.

Una historia escandalosa

Morgan nunca conoció a su padre biológico, ya que fue concebida por inseminación artificial y nació en septiembre de 1985. Durante una cita con su ginecólogo en abril de este año, mientras le realizaban una ecografía vaginal, al medico se le ocurrió invitar a su esposa y le pidió a la paciente que se quitara la mascarilla bajo el argumento de que se veía mejor sin ella porque el consultorio estaba perfectamente sanitizado. Cuando la mujer vio los rasgos físicos de la pareja, y el trato que le estaban dando, supo que algo no estaba bien. Además, desde que era joven, su madre le había dicho que Morris Wortman, su ginecólogo de cabecera, había sido el encargado de inseminarla supuestamente con los espermatozoides de un estudiante de medicina.

A partir de ese momento, Morgan Hellquist inició una investigación que le llevó a descubrir que el ginecólogo podía ser el padre de al menos seis personas más. Al hablar con su madre, Hellquist se enteró que de 1983 a 1985, el ginecólogo le cobraba 50 dólares por cada intento de inseminación, de acuerdo a un reporte publicado por el Washington Post. Morris Wortman ayudó a la mamá de Morgan, después de que su papá, Gary Levey, fuera atropellado por un conductor ebrio y quedara paralizado de la cintura hacia abajo. El ginecólogo resultó ser un donador de esperma en serie que, en algo increíble, simplemente decidía no avisarle a sus pacientes sobre la escandalosa situación.

Foto: Captura especial

El momento de la verdad

Después de la inquietante cita médica de abril, con el ginecólogo y su esposa viendo a Morgan con sus rasgos parecidos, la mujer decidió hacerse una prueba de ADN y, días más tarde, se confirmó su peor pesadilla. El ginecólogo era su padre biológico. A partir de ese escalofriante episodio, Morgan interpuso una demanda ante el Tribunal Supremo de Monroe en contra del ginecólogo y del Centro de Trastornos Menstruales de Rochester, la clínica donde fue atendida. Los cargos que enfrenta son negligencia médica, fraude, agresión, daño psicológico, entre otros.

“Estaba en shock. No lo podía creer. ¿Cómo era capaz de ser mi ginecólogo sabiendo eso? Cada que me enteraba de un nuevo medio hermano al investigar, yo experimentaba ansiedad, migrañas, conmoción y confusión, desesperación, estrés y otras manifestaciones físicas al saber que mi padre había sido un donante de esperma en serie”, dijo la víctima en su demanda. Hellquist pide una indemnización económica por daños y perjuicios al comparar la situación con “abusos sexuales” e “incesto”.

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Foto de portada: Captura especial