Archie Battersbee, un pequeño de origen británico que había pasado cuatro meses en coma por su supuesta participación en el reto viral ‘Blackout challenge’, que consiste en aguantar la respiración hasta el desmayo, murió este sábado 6 de agosto luego de que le retiraran las máquinas que lo mantenían con vida.
Tras una larga batalla, el soporte vital que mantenía aún respirando a Archie fue desconectado. Sus padres han declarado que el pequeño, de 12 años, ‘luchó hasta el final’ de sus días.
La familia del pequeño mantuvo una disputa legal con el hospital en el que Archie fue ingresado el 8 de abril, tan sólo un día después de haber sido encontrado inconsciente, pero agotadas todas las vías de la justicia, a los padres no les quedó otra opción que asumir que el ventilador y los fármacos que recibía serían retirados contra su voluntad.
Su último intento fue presentarse ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos para pedirles que los respaldara en su deseo de llevarse a Archie a un centro de cuidados paliativos para que allí fuese desconectado, petición que no fue siquiera considerada por la corte de Estrasburgo, pues consideró que la petición ‘escapaba’ a su jurisdicción.
El Tribunal Superior denegó el traslado del menor, basándose en los informes médicos, y la Corte de Apelaciones rechazó autorizar a los padres a recurrir, lo que ponía fin al un periplo judicial que se alargó durante dos meses, desde que en junio los médicos pensaran en desconectar al pequeño.
Los médicos explicaban que el estado de Archie era tan inestable que simplemente moverlo en la cama del hospital, como parte de los cuidados diarios era peligroso, por lo que había una gran posibilidad de que el pequeño falleciese en pleno traslado.
Con información de El País*