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Andrea y Jay; la pareja que reza para que el corazón de su bebé deje de latir

Andrea sufrió un desprendimiento de placenta, su feto ya no es viable, pero los médicos no han interrumpido su embarazo porque el corazón de su bebé aún late.

CC News

El último viaje de placer que tenían programado antes de convertirse en padres se convirtió en una pesadilla para Andrea Prudente y Jay Weeldreyer. Esta pareja estadounidense, de Seattle, estaba de vacaciones en Malta, una pequeña isla del mediterráneo, cuando ella, de 16 semanas de embarazo comenzó a sangrar.

Al consultar con los médicos, le dijeron que la placenta se le había desprendido parcialmente y que su embarazo ya no podía continuar, aunque el corazón de su bebé aún latía.

Por los riesgos que representaba continuar con el embarazo, la pareja solicitó su interrupción, pero para su infortunio, los médicos del hospital se han negado repetidamente a interrumpirlo, aún sabiendo que la vida de la madre corre peligro.

Pareja espera que el corazón deje de latir

De acuerdo con la pareja, los médicos se niegan a ayudar a Andrea debido a que en Malta existe una estricta prohibición del aborto, lo que significa que no pueden hacer nada mientras se registre vida en el bebé.

“Aquí estamos sentados creyendo que si comienza el parto, el hospital se activará. Si el corazón del bebé para, nos ayudan con eso. Pero más allá de eso, no harán”, comentó Jay Weeldreyer a la BBC.

“Con la hemorragia y la separación de la placenta del útero, con la membrana totalmente rota y el cordón umbilical del bebé sobresaliendo de su cérvix, Andrea está en un riesgo altísimo de infección y todo se podría prevenir”.

Preocupado por la salud de su esposa, Jay solicitó una evacuación médica al Reino Unido, donde sí pueden interrumpir el embarazo, pero los médicos malteses se negaron a certificar que Andrea esté en condiciones de viajar.

“No hemos venido a Malta a abortar, pero estamos hablando de salvar la vida de una mujer.

“Esperan a que se detenga el latido del corazón, esperan a que Andrea tenga un aborto espontáneo, o esperan a que tenga una infección potencialmente mortal”, lamentó el hombre, de 45 años, quien indicó que los médicos ‘están jugando con la vida de su esposa’.

Un aborto tortuoso e inhumano

La pareja llevaba casi una semana esperando desde que les dijeron que su bebé moriría, pero el personal médico del hospital estatal Mater Dei seguía rechazando su solicitud de interrupción con el argumento de que todavía había latido fetal y no consideraban que la vida de la madre esté en riesgo inminente.

“Estamos atascados… elegimos Malta porque era seguro y tenía buena atención médica, y ahora somos rehenes de esta situación”, lamentó Weeldreyer, que estaba a la espera de la confirmación para salir del país.

Finalmente, después de recibir los permisos necesarios, se confirmó este viernes que Andrea será trasladada a Mallorca, España, para llevar a cabo la interrupción del embarazo.

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