Un hombre tardó un año en admitir que el nacimiento de su hija le había provocado estrés postraumático. En una historia increíble, algo que debería representar la mayor alegría posible, se convirtió en una pesadilla para una pareja. Hasta hoy, siguen trabajando contra las secuelas que les dejó la terrible experiencia.
Un nacimiento complicado
Soneni, la esposa de Elliott, se embarazó en 2015 y todo iba muy bien hasta que llegó el día del parto. El problema fue cuando la presión arterial empezó a subir y, como consecuencia, la frecuencia cardiaca del bebé comenzó a debilitarse. En la urgencia por atender la situación, Elliott recuerda que la habitación de hospital se volvió un caos y él no sabía muy bien cómo reaccionar ante la desesperación del momento.
Todo se complicó cuando le administraron un antibiótico que no fue bien recibido por el cuerpo de Soneni. Su esposa tenía una infección por estreptococo y la idea era evitar que pasar lo mismo con la bebé. Las consecuencias fueron terribles. Al nacer su hija, la bebé estaba inmóvil. La niña no emitía sonido alguno y su piel estaba casi toda en color gris.
Foto: Elliott Rae.
Estado de shock
A partir de ese momento, los doctores tratando de resucitar a su hija, mientras, al mismo tiempo, su esposa comenzaba a perder sangre. Elliott, quien ya estaba en una situación angustiante, no sabía cómo reaccionar. Por un lado, su hija recién nacida estaba casi muerta y, en otra habitación, su esposa también luchaba por su vida.
“Me sentí como si estuviera viendo una película desde afuera y todo el momento fuera la escena de la vida de alguien más. Yo no podía hacer nada. Estaba en shock. Nadie podía ayudarme y yo no podía involucrarme. Todo estaba en manos de los doctores”.
Una espera eterna
Tras el dramático episodio, Elliott tuvo que enfrentar la dura realidad de ir a su casa sabiendo que su hija y su esposa estaban internadas debatiéndose entre la vida y la muerte. No lo soportaba, pero no podía quebrarse al ser necesitado por su familia. La lucha mental que vivió Elliott fue indescriptible, aunque, en ese momento, no sabía que le traería consecuencias.
En una historia milagrosa, días después su esposa y la bebé se recuperaron. La infección había sido superada y Elliott experimentaba el mayor alivio de su vida. E problema fue que, cuando la vida volvía a la normalidad, la niña presentó un bulto en su cabeza. Otra vez, como en la secuencia del nacimiento, la mente de Elliott parecía no dar para más. Las horas en el hospital junto a su esposa fueron eternas, pero, en otro instante increíble, los doctores les dijeron que no había riesgo para su hija.
Foto: Elliott Rae.
Las secuelas del trauma
Durante los primeros meses, Elliott y Soneni parecían llevar todo bien pero sus cuerpos empezaron a experimentar el desgaste de lo ocurrido. A ella le dio ansiedad y tuvo que atenderse, pero él trataba de actuar con normalidad. Además, después del parto y el posible tumor, la hija presentó alergia al trigo y la vuelta al hospital fue recordar todos los eventos.
Un día, meses después del nacimiento de su hija, Elliott se puso a llorar en pleno metro de Londres sin saber la razón. Lo que el hombre desconocía es que la presión por todo lo que rodeó al evento lo estaba liquidando mentalmente: “Yo experimenté una gran sensación de tristeza. No podía controlarme. Estaba sobre mí. Yo le decía a todo el mundo que solo era el cansancio de ser un papá en el día a día pero estaba equivocado”.
El diagnóstico definitivo y un final feliz
Cuando su esposa y su familia se dieron cuenta que lo que le ocurría a Elliott no era normal, tuvieron que acudir de inmediato con un médico. De acuerdo a lo que platica su familia, el hombre tenía pesadillas y no podía dormir al estar atormentado por el recuerdo. La conclusión de los doctores fue trastorno de estrés postraumático.
Ambos padres optaron por la terapia y la ayuda médica y, con ello, pudieron comenzar a vivir con normalidad tras entender que sus cerebros estaban agotados por todo lo sucedido alrededor de los primeros meses con su hija. Incluso, para crear conciencia sobre la salud mental después de los partos, Elliott escribió un famoso libro llamado “Papá” en el cual relata varias experiencias traumáticas junto al testimonio de otros 19 padres de familia. La niña acaba de cumplir cinco años y goza de un perfecto estado de salud.
Foto: Elliott Rae.
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