Son las once de la noche. Tocó quedarse un poco más de lo normal en el trabajo. Sé que saliendo del Metro, la calle oscura me espera. Sabía que saldría a esa hora, procuré no portar ni vestido ni falda. Es hora de sacar las llaves, bueno, una en especial: la más larga y puntiaguda, esa con la que cierro la puerta de mi casa.
La coloco entre mis dedos y camino rumbo a mi departamento. No son más que dos cuadras, pero “una nunca sabe”. El alza de feminicidios y agresiones en contra de las mujeres ha aumentado no sólo en México, sino también en otros países, en donde mujeres como yo, buscan alternativas para protegerse de cualquier ataque porque, como decimos acá, lamentablemente, “no vaya a ser”…
Una llamada simulada, un bate, un destornillador…
Luego del asesinato de la ejecutiva Sarah Everard, en Londres, se abrió el debate sobre los sistemas de seguridad que deben crear las mismas mujeres alrededor del mundo, para evitar ser víctimas de ataques como el que sufrió esta mujer de 33 años. Al respecto, el diario El País, recopiló testimonios de mujeres que han tenido que crear diversas fórmulas para caminar seguras por las calles en países en los que los feminicidios han ido a la alza, como en México.
Eugenia Ponce, de México y habitante del conocido “Barrio Bravo”, de Tepito, reveló que su madre le enseño a que “quien pega primero, pega dos veces” por lo que tiene un bate para defenderse no sólo ella sino también su hija. “No debes agarrar el bate y golpear al tipo, porque te lo pueden agarrar y ya valiste. El chiste es que lo empujes”.
Martha Rodríguez, por ejemplo, simula estar hablando por teléfono con alguien cada que sube a un taxi. “Quizá sea una tontería, pero me hace sentir segura el hecho de hacerle dudar al chofer de que voy hablando con alguien que va siguiendo mi ubicación y al que le voy describiendo la ruta por la que voy”, dice. “Mi papá me ha recomendado siempre llevar un destornillador en la bolsa, y lo saco cada que voy caminando sola en la calle”, agrega.
Cambiar de vestir, de ruta, fungir de refugio…
Sofía Ferreira, en Barcelona, prefiere usar abrigos largos cuando usa vestidos o faldas, pues no le gusta que le tiren piropos en la calle, además, prefiere los trayectos largos a casa, que los cortos y solitarios. “Camino muy rápido y estoy atenta por si escucho pasos. Prefiero quedarme en casa de una amiga a dormir o, si no, siempre en taxi”, relata al diario español.
Agrega: “prefiero hacer un trayecto largo y transitado, a uno corto y solitario. A medida que vas llegando a casa, avisas”. Belén Álvarez, de Argentina, recurre a las amigas. “Tenemos un grupo de WhatsApp y ahí nos mandamos la ubicación en tiempo real cuando salimos. Avisamos con quién estamos, si vamos a ver a alguien que nunca vimos antes. Ninguna se acuesta hasta leer la pantalla de la otra”, dice al medio.
Génesis Mayén, hondureña radicada en Nueva York, trabaja en una tienda en Queens y revela que ha sido refugio varias veces para mujeres que se han sentido agredidas o perseguidas. “La tienda donde trabajo es una muestra de ello: a menudo entran chicas para buscar refugio de alguien que las sigue por la calle, alguna se ha metido incluso en el probador”, sentenció.
Tú, ¿qué fórmula has usado para mantenerte segura?
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Foto de portada: Efe.
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