Unas líneas peligrosas
Las personas en Londres se están metiendo un poco más de coca de lo habitual: esa es la conclusión a la que llegaron los investigadores del King’s College de Londres, pero jamás te imaginarías cómo lo descubrieron.
Lamentablemente, el consumo de drogas trasciende el daño humano y está afectando al ecosistema de maneras perturbadoras. Los investigadores decidieron echarle un ojo al río Támesis y a través de muestras obtenidas en la estación de monitoreo en Westminster encontraron que los niveles de droga en el agua son tan altos que las anguilas se están volviendo hiperactivas. Pfff.
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Las anguilas presentan una modificación en su conducta. (Foto: RT Actualidad)
¿Qué dijeron los científicos?
Aumentos en los niveles de cafeína, cocaína y benzoilecgonina fueron observador 24 horas después de que se desbordara el sistema de alcantarillado [como agua residual sobre el Támesis].
El grupo de expertos lo explicó así:
Las concentraciones de cocaína y benzoilecgonina se mantuvieron altas en las aguas residuales a lo largo de la semana con sólo un aumento menor durante el fin de semana, lo que no es consistente con otras ciudades. Londres es conocido como uno de los mayores consumidores de cocaína y esto sugiere su uso diario.
¿Aguas residuales? Sólo es otra manera de decir que la gente libera estas sustancias a través de su orina.
Como pudieron comprobarlo, existe un nivel constante de cocaína entrando en el río, por lo que se teme que esté afectando a muchas otras formas de vida silvestre.
Las drogas que nos afectan casi siempre afectarán a toda la vida animal, e invertebrados quizás un poco más porque su bioquímica es mucho más sensible. Esencialmente, todo en el agua se verá afectado por drogas como estas. Muchos de los factores desencadenantes y las formas en que la cocaína afecta al sistema.
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La cocaína y otras sustancias llegan al río a través de las aguas residuales que contienen la orina de los londinenses. (Foto: El Español)
Animales drogados
No es la primera vez que se nota que existe una repercusiones en los animales por el remanente de las drogas en el agua. El año pasado se realizó un estudio similar dirigido por la Universidad de Nápoles Federico II en el que encontraron que las anguilas europeas actuaban de manera extraña, como si estuvieran hiperactivas, cuando ponían en agua con pequeñas dosis de coca.
Pero el resultado no fue sólo que se alteraba su comportamiento inmediato, sino que los expertos se dieron cuenta que la droga también se acumulaba en sus cerebros, músculos, branquias y piel.
Por último, otro estudio hecho en 2015 por el Centro Europeo de Vigilancia de Drogas y Toxicomanías reveló que Londres tiene la mayor concentración de cocaína de todo el continente en las aguas residuales.
Hasta nuestras adicciones dañan a los que menos lo merecen.
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