River Plate hizo su trabajo ayer y eliminó al Gremio. Hoy, Boca Juniors hizo lo propio y eliminó al Palmeiras de la Copa Libertadores, con lo que el Clásico Argentino River-Boca, hará una final más que soñada para el balompié sudamericano. Boca Juniors empató ante Palmeiras a dos goles, aunque en el global, los argentinos derrotaron 4 tantos a 2 al conjunto brasileño.
Hay que informar que al darse esta final, los clubes no podrán contar con el apoyo de sus porras en patio ajeno. “Esta final entre River y Boca no tiene posibilidades de que esos partidos se jueguen con hinchas visitantes”, declaró Guillermo Madero, director de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos del Ministerio de Seguridad, al programa radiofónico El rifle y la gente. El funcionario se encuentra en Brasil precisamente para evitar el ingreso de grupos porriles de River y Boca a los estadios de los clubes cariocas que les tocó enfrentar, respectivamente, en las semifinales de la Copa Libertadores.
El primer partido se jugaría la semana que viene en La Bombonera. Esta es la última Copa Libertadores que se define a duelo de ida y vuelta y es con un Clásico River Plate vs. Boca Juniors, que se despide este formato.
No todo es miel sobre hojuelas… para River
Y es que debido a la organización del G20 en Buenos Aires, justo en los días cercanos al choque de vuelta, River Plate no jugaría la vuelta en el Monumental. Este partido se jugaría en el Estadio Monumental de Nuñez, lugar muy cercano a la sede principal del evento organizado por el gobierno de Argentina.
La convención del G20, que se reunirán entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre en el centro de convenciones ubicado en Costa Salguero, a pocos kilómetros del estadio Monumental, provoca que no pueda jugarse ahí la final soñada de la Copa Libertadores entre Boca Juniors y River Plate.
El choque de vuelta se jugará el miércoles 28 de noviembre, pero los operativos por el G20 empezarán el 26 de noviembre y todos los alrededores de Buenos Aires, por lo que cuidar la seguridad de un partido de alto riesgo como el clásico y encima por la definición de un título continental, sería casi imposible. Ahora que River sabe que su rival en la final es el azul y oro, tiene que empezar a trabajar en la reprogramación (algo difícil por lo apretado del calendario) o buscar un estadio alterno para el trascendental partido.