Viva la libertad LGBT: Canadá prohíbe las terapias de conversión

En lo que representa un momento histórico para la comunidad LGBT en Canadá, los legisladores de aquel país han aprobado una iniciativa para que las terapias de conversión (ECOSIG) sean consideradas un delito. En los últimos años, el gobierno encabezado por el Primer Ministro, Justin Trudeau, había realizado varios intentos en defensa de la libertad de los homosexuales, pero, distintos partidos políticos habían frenado cada uno de los proyectos. La tercera fue la vencida para Trudeau y la ley ya es una realidad.

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Una ley histórica

Durante la noche de este martes, el proyecto de ley fue aprobado por unanimidad en el Senado, por lo que solo falta que sea promulgado por la gobernadora general de Canadá, Mary Simon, quien ejerce las funciones de jefa de Estado en representación de la reina Isabel de Inglaterra. El proyecto de ley ya había sido aprobado el pasado 1 de diciembre por la Cámara de los Comunes, por lo que el respaldo del Senado era el último paso para acabar con las terapias de conversión en territorio canadiense.

A través de su cuenta de Twitter, el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, celebró la decisión en favor de la comunidad LGBT: “Nuestra propuesta de ley para prohibir las terapias de conversión en Canadá está un paso más cerca de convertirse en ley. A todos los que han hecho esto posible, gracias. Sigamos construyendo un país donde todos sean libres para ser quienes quieran ser y para amar a quienes quieran amar”.

El fin de las terapias de conversión

El proyecto de ley prohíbe la aplicación de las terapias de conversión tanto a menores como adultos y castiga hasta con cinco años de cárcel a aquellas personas que faciliten hacerlas. Las polémicas ECOSIG son prácticas que intentan modificar la orientación sexual de personas homosexuales y, desafortunadamente, su popularidad se ha extendido en los últimos años entre grupos conservadores y religiosos a nivel mundial. Ahora, Canadá ha dicho basta.

El texto de la ley canadiense también castiga hasta con dos años de cárcel a la promoción, la publicidad y las actividades comerciales relacionadas con las terapias de conversión. Es la tercera vez que el gobierno canadiense intentaba aprobar en el Parlamento la prohibición de las ECOSIG. El anterior proyecto de ley fue aprobado por la Cámara de los Comunes, pero, no por el Senado. En este 2021, la historia fue distinta.