Cada año, la ciudad de Bangkok, capital de Tailandia, se hunde un centímetro por culpa de una práctica ilegal hecha dentro de los burdeles y prostíbulos, donde ofrecen masajes a los sus clientes. De acuerdo con la agencia de noticias EFE, en recientes semanas la policía realizó una serie de redadas en los burdeles como parte de sus operativos contra la trata de personas y encontraron otra irregularidad: en la mayoría de estos centros nocturnos se utilizan bombas de agua para extraer el líquido del subterráneo. Además de ser una práctica ilegal, también está provocando el hundimiento de la ciudad.
Según los primeros reportes, en los prostíbulos es común que los clientes paguen por hidromasajes, saunas y masajes, y para llevarlos a cabo, se extrae agua de los acuíferos subterráneos de la capital.
Anualmente el turismo sexual arroja 22 mil millones de dólares, equivalente al 5 por ciento del Producto Interno Bruto. (Foto: Reuters)
El medio británico Sky News indicó que las autoridades estiman en cuarenta el número de salas de masaje que desvían la corriente subterránea del agua para beneficios propios, con el objetivo de evitar los pagos de los servicios públicos.
Pero las acciones abusivas de los propietarios de los prostíbulos y burdeles en Tailandia provocaron un mayor problema, pues la extracción ilícita del agua provocó un hundimiento de los barrios rojos, lo que, al mismo tiempo generó un mayor contacto con el suelo de la capital, de por sí pantanoso por su cercanía a las orillas del río Chaophraya.
La prostitución es ilegal en Tailandia, pero los sobornos mantienen muchas bocas cerradas. (Foto: Reuters)
Suwat Inthasit, comandante adjunto de la División de Supresión del Crimen y Medio Ambiente, dijo a The Sun que una brigada de investigadores examinará la calidad del agua para confirmar las sospechas.
Chuwit Kamolvisit, político tailandés y antiguo propietario de al menos seis burdeles, aseguró que esta práctica ha estado presente durante décadas entre los dueños de centros nocturno, que quieren evitar los pagos excesivos por el agua.
Muchos de estos burdeles están en mitad de la ciudad. Para extraer el agua necesitan tuberías que alcanzan hasta los 120 metros de profundidad. Son trabajos grandes que no pasan fácilmente desapercibidos.
Chuwit Kamolvisit, fue un magnate por los burdeles. Hoy su posición política busca revertir el trabajo sexual. (Foto: Reuters)
Kamolvisit, también conocido por el apodo del “magnate de la bañera”, detalló que un burdel puede succionar hasta 400 mil litros de agua por día y así ahorrar hasta 16 mil dólares al mes. Los expertos advirtieron que, de continuar esta práctica ilegal, los barrios rojos de Bangkok podrían quedar sumergidos para el 2030, principalmente por el aumento del nivel del mar y al suelo pantanoso.
Los investigadores ambientales también descubrieron que los centros sexuales emplean a mujeres menores de edad, quienes utilizaron sus servicios para sobornar con favores y pagos en efectivo a las autoridades.
Hoy en día, la prostitución es técnicamente ilegal en Tailandia, pero es ampliamente tolerada porque el turismo sexual genera 22 mil millones de dólares anualmente.
En Tailandia existen un total de 200 mil trabajadoras sexuales. (Foto: Reuters)
Este fenómeno adquirió mayor fuerza después de la Guerra de Vietnam. Según los estudios del antropólogo y documentalista David A. Feingold, investigador en el tema de la prostitución en el Sudeste Asiático desde principios del siglo XVI, actualmente en Tailandia existen unas 200 mil trabajadoras sexuales de tiempo completo, la mayoría ejerce de manera voluntaria.
El sistema que mantiene a estos centros a flote son los sobornos. En todo existe un balance y límites, las autoridades se hacen de la vista gorda cuando ven frente a sus narices trata de personas, menores de edad y tráfico de trabajadoras sexuales.
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