En una de las noticias que ha sacudido al mundo previo al arranque de los Juegos Olímpicos, un atleta de Uganda decidió escaparse de la Villa Olímpica para nunca volver a su país. Hace unas horas, las autoridades japonesas confirmaron que ya han encontrado al levantador de pesas, Julius Ssekitoleko. El deportista ugandés desapareció el pasado viernes tras escapar del alojamiento donde se preparaba para los Juegos Olímpicos de Tokio, incumpliendo la normativa de aislamiento impuesta por los anfitriones.
La historia de Julius Ssekitoleko no es nueva en el deporte. Consciente de que la situación política y social en su país no le permitiría tener un mejor futuro, el atleta decidió fugarse para iniciar un nuevo sueño. Los detalles de su historia son conmovedores.
Foto: Captura especial
Una nueva vida en Japón
Tras su desaparición de los Juegos Olímpicos, Julius Ssekitoleko, dejó un mensaje donde manifestaba su deseo de permanecer en Japón y trabajar en este país para dejar atrás las dificultades en su nación de origen, según explicó la delegación ugandesa. La nota para explicar lo ocurrido fue encontrada en su habitación. El deportista de 20 años fue hallado por la policía en la prefectura de Mie (centro de Japón), donde se cree que viajó tras desplazarse en tren de alta velocidad desde Osaka, la ciudad donde se había instalado el equipo ugandés para prepararse rumbo a los Juegos Olímpicos.
Ssekitoleko regresara a Uganda sin llegar a participar en los Juegos Olímpicos de Tokio, debido a que no cumple con los requisitos necesarios para competir en la prueba de halterofilia, según señaló la delegación ugandesa. El deportista se marchó del hotel el pasado viernes dejando allí su pasaporte y sin presentarse a la prueba obligatoria del coronavirus a la que debía someterse ese mismo día, y desde entonces estaba siendo buscado por las autoridades niponas. Aún no hay detalles sobre una posible sanción.
Foto: Captura especial.
Sueño de fuga
El deportista abandonó sin aviso el hotel en el que se encontraba y a primera hora del viernes compró un billete de tren bala con destino a Nagoya, a unos 200 kilómetros de distancia, según nuevos detalles de la investigación publicados por la agencia local de noticias Kyodo. Según funcionarios de Izumisano, la localidad donde entrenaba en la prefectura de Osaka, Ssekitoleko dejó escrito en su nota que no quería regresar a Uganda por las condiciones de vida difíciles del país africano y pidió a los miembros de su delegación que le entreguen sus pertenencias a su esposa en su país de origen.
Como consecuencia de las guerras y la enorme inestabilidad política, Uganda es uno de los países más pobres del mundo. De acuerdo a un estudio del Banco Mundial, ocho de cada diez habitantes viven en pobreza extrema.
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Foto de portada: Captura especial.
Con información de EFE
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