Si tuviéramos que describir al lobby que controla a la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés), tendrÃamos que calificarlo de intocable, conservador y, sobretodo, PODEROSO; principalmente si tomamos en cuenta la forma en la que controla las pasiones y voluntades polÃticas de los congresistas estadounidenses.
Y es que desde su nacimiento como asociación reconocida por el Estado, en 1968, la NRA emergió al mismo tiempo que su hermano gemelo: el comité ejecutivo, mejor conocido como âlobby armadoâ? y del que emanan las indicaciones dirigidas a un sector importante de congresistas que velan por los intereses de la NRA, y que al mismo tiempo velan por sus propios intereses al ser miembros activos de la asociación.
Wayne LaPierre, actual presidente de la NRA, y miembro del lobby armado. (Foto: Huff Post)
Las raÃces de la cultura armada
El lobby armado ve en la NRA la organización civil defensora de derechos ciudadanos más antigua de EUA y son orgullosos defensores de la segunda enmienda que defiende el derecho de las personas de portar un arma de fuego a partir de los 18 años.
Sus 5 millones de afiliados, y sus antecedentes históricos, que datan de 1871, son muestra del poder real que ejerce sobre gran parte del congreso estadounidense, ya que representan la cultura nacional del uso de armas, siendo probablemente el lobby más antiguo de toda la Unión Americana.
El presidente Lyndon Johnson firma el decreto de la ley de armas bajo la regulación de la NRA en 1968. (Foto: Vanity Fair)
Este es el alcance real de la NRA
Con el paso del tiempo, y como cualquier institución, la NRA se volvió más madura, más manipuladora y hasta mañosa al grado de que su influencia polÃtica es cada vez más sofisticada y precisa. Esto se refleja principalmente en la financiación que hicieron para la campaña de muchos congresistas, principalmente republicanos (como Donald Trump).
Según cifras de la ABC, son 307 los congresistas, entre republicanos y demócratas, los que están sometidos a la voluntad de la NRA por el simple hecho de haberles financiado polÃticamente. Incluso, muchos de ellos están tradicionalmente ligados a la cultura armada estadounidenses donde la segunda enmienda funge como estandarte constitucional.
Y aunque pareciera que el lobby armado es el más rico del paÃs, la industria lechera y la inmobiliaria son las únicas que manejan cantidades monetarias superiores al de la NRA y que se inclinan por el conservadurismo republicano.
Financiación para frenar campañas antiarmas
En lo que sà es superior la NRA a cualquier otro lobby o industria estadounidense es la financiación de candidatos abiertamente a favor del uso de armas de fuego, y más cuando se está en plena fase electoral, afirman los expertos.
Según Manuel Erice, periodista de la ABC, el lobby armado destinó más de 19 millones de dólares en 2016 en propaganda que desacreditara a Hillary Clinton y a favor de la campaña republicana de Trump.
La NRA aportó capital a la campaña de Trump en 2016. (Foto: ClarÃn)
Tras documentarse esta polémica pero legal financiación, se cree que el lobby armado hará todo lo posible para detener cualquier intento de reformar o abolir la segunda enmienda y más ahora que existen fuertes protestas por parte de activistas en detenerla tras la oleada de tiroteos registrados en escuelas públicas del paÃs.
Ante todas las posibilidades de reformar la segunda enmienda, está en manos del lobby armado el futuro de la enmienda más señalada, repudiada, pero también defendida, de la constitución estadounidense.
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