Cerca de las diez de la noche de regreso a casa, como cada noche, rostros cansados algunas personas durmiendo otras jugando, inmersas en el celular, la misma escena de cada día, de pronto un jalón, “sentí que me aventaban al lado contrario mi cuerpo cayó encima de otras personas sin poder hacer nada”.
‘Como pude me asomé’
Así empieza la narración de un joven de 21 años rescatado del interior de uno de los vagones del metro de la Línea 12 de Tláhuac colapsado casi al llegar a la estación Los Olivos, al sur oriente de la Ciudad de México.
Luego de rodar por el suelo del interior del vagón del metro, el joven narró en directo en una transmisión en vivo en el canal Foro TV, que logró ponerse en pie y asomarse por la ventana, “entonces como pude me asomé y no podía creerlo, estaba el vagón colgando”.
“Comenzamos a intentar salir, pero yo estaba bien sólo sentí dos golpes en el brazo, pero estaba bien, decidí dejar que otras personas más lastimadas fueran rescatadas, ellas necesitaban más auxilio que yo”, dice con voz firme y llena de orgullo al saber que ese acto noble sirvió para ayudar a esos compañeros de viaje que igual que él vivieron el mayor accidente en la historia de este sistema de transporte colectivo.
Al bajar, pudo observar a su familia, su mamá y su papá lo esperaban junto a la acera, con voz entrecortada y notablemente conmovido asegura “verlos fue una segunda oportunidad, salir casi ileso de esto, es sin duda una segunda oportunidad”.