Rodolfo Carrillo Fuentes, mejor conocido en el mundo del narcotráfico como el íNiño de Oroí, era hermano de los líderes del Cártel de Juárez, Amado Carrillo Fuentes, alias íEl Señor de los Cielosí y de Vicente Carillo Fuentes, apodado íEl Viceroyí. El parentesco familiar lo llevó a tener que convivir con más capos, entre ellos, Joaquín íEl Chapoí Guzmán, uno de los fundadores del Cártel de Sinaloa y con quien tuvo una disputa que acabaría con su vida tiempo después.
Es bien sabido que durante un tiempo, tanto el cártel liderado por Amado Carrillo, como el de Joaquín Guzmán trabajaban bajo un acuerdo de cooperación, colaborando y cubriéndose las espaldas, cada quien desde sus tierras.
El desplante del que rompió con los acuerdos
Durante varios años esta cooperación entre cárteles se trabajó con normalidad, hasta que un día, un desplante del íNiño de Oroí, hermano de Amado Carrillo a íEl Chapoí Guzmán, generó lo que se convirtió en el principio de una ruptura entre bandos del narcotráfico que en meses siguientes terminaría en la muerte de Rodolfo Carrillo.
El desplante comenzó luego de que en una ocasión, Rodolfo se negara a darle la mano a Guzmán para regresarle el saludo, hecho que puso furioso al capo, quien después de ese día buscaba dar un escarmiento al también llamado íRodolfilloí.
El día de la venganza
Según testigos cercanos, Joaquín Guzmán recibió información de que Rodolfo Carrillo Fuentes saldría al cine en compañía de su novia de 18 años, Giovanna Quevedo y sus dos hijos menores en una famosa plaza de Culiacán, Sinaloa, por lo que el líder del cartel de Sinaloa vio el momento perfecto para el escarmiento, así que envió a sus sicarios para asesinar a tiros al hombre según información de la extinta Procuraduría General de la República (PGR) y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Ese día, Carrillo Fuentes era escoltado por varios pistoleros al mando del ex comandante de la Policía Ministerial de Sinaloa (PME), Pedro Pérez López, quien gracias a los sobornos de dinero que los criminales repartían les ofrecía protección.
Ya en el lugar de los hechos, los sicarios del íChapoí, esperaron a que Rodolfo y su familia salieran del cine para seguirlo al estacionamiento del lugar al que llegaron a las 4:00 de la tarde del sábado 11 de septiembre de 2004. El hermano de los narcotraficantes caminaba por el sitio junto a su esposa e hijos cuando al arribar al lugar donde había dejado su automóvil fue sorprendido por los tiradores
Fueron revelados los nexos entre policías y el narco
El ex comandante y grupo de hombres armados, quienes daban protección a Rodolfo y a su familia respondieron al ataque de los sicarios del Cártel de Sinaloa. En pleno centro comercial se armó un tiroteo el cual se extendió por varios minutos y luego de que el ex comandante Pérez resultara herido y solicitara apoyo, efectivos de seguridad pública llegaron al lugar y rodearon las entradas y salidas para evitar que los sicarios del íChapoí pudieran escapar, sin embargo fue demasiado tarde, pues Rodolfo Carrillo Fuentes y su esposa Giovana Quevedo, habían perdido la vida, así como el cuidador del estacionamiento, identificado como Juan Durán Mayorquín.
La entonces Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada, informó que investigaban al entonces director de la PME, Jesús Antonio Aguilar í?ñiguez, además de otros ocho jefes policiacos, entre ellos Héctor Castillo Medina, director de la Policía Estatal Preventiva por sus posibles nexos con el narcotráfico.
Esta información fue confirmada por Jesús Zambada, hermano del Mayo Zambada, otro de los fundadores del Cártel de Sinaloa, y quien durante el juicio contra íEl Chapoí en Estados Unidos declaró que fue el quien lo mandó a matar debido a que: íLo dejó allí de pie con la mano extendidaí.
Tiempo después, los hermanos carrillo tomaron venganza y asesinaron al hermano del Chapo, Arturo Guzmán, alias El Pollo, lo que desató el principio de una constante guerra entre los de Juárez y los de Sinaloa.
REF. El Heraldo de México