La mañana del domingo fue un día excepcional para las refugiadas afganas debido a que conocieron la Ciudad de México en bicicleta.
Ayer 19 de septiembre, México abrazó a las refugiadas afganas que arribaron el pasado mes de agosto al país tras huir del régimen talibán en Afganistán. La bienvenida estuvo orquestada por la Subsecretaria para Asuntos Multilaterales de Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Martha Delgado.
“Agradezco a @Bicitekas todo el apoyo para llevar a cabo la rodada de esta mañana, así como por continuar fomentando el uso de la bicicleta como modo de transporte en la capital del País”, escribió Delgado en su cuenta de Twitter. “Estoy muy contenta de asistir al #MuéveteEnBici con estas jóvenes tan talentosas, para poder mostrarles el impacto que ha tenido la cultura de la bicicleta en la capital de nuestro país”, agregó.
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Bienvenidas
Todo comenzó en punto de las 9 de la mañana del domingo, donde las refugiadas afganas se dieron cita en el Monumento a la Revolución, y culminaron su rodada en el ángel de la Independencia.
El paseo dominical en bicicleta por la Ciudad de México también estuvo a cargo de Areli Carreón, miembro fundador de la asociación Bicitekas, quien organizó el paseo en bicicleta con el equipo de robótica afgano.
Las “soñadoras afganas” o el equipo de robótica de mujeres refugiada de Afganistán arribó a México el pasado 24 de agosto junto con el primer grupo de refugiados afganos a nuestro país.
Fatemah, Lida, Kawsar, Maryam y Saghar tienen una historia extraordinaria. Lucha, esfuerzo, tenacidad, inteligencia y hambre de conocimiento.
Mujeres maravilla
Las “Afghan Dreamers”, Soñadoras de Afganistán, son un equipo de robótica que, a pesar de múltiples obstáculos burocráticos en su país, han podido cumplir su sueño de competir a nivel internacional. El gran grupo está conformado por niñas y jóvenes quienes han recibido numerosos reconocimientos mundiales por la fabricación de robots. Incluso, cuando la pandemia de covid-19 inició en marzo de 2020, ellas crearon un ventilador de bajo costo para ayudar a diferentes hospitales de Afganistán.
Las Soñadoras Afganas nacieron en 2017 gracias al apoyo de Roya Mahboob, una emprendedora tecnológica que está al frente del reconocido Digital Citizen Fund. El fondo ayuda a que se impartan clases para niños y niñas en diferentes rubros como matemáticas, robótica, ingeniería, ciencia y tecnología. Además, Mahboob comanda la Afghan Citadel Software Company, una empresa que desarrolla software con sede en la ciudad de Herat. Ella es una de las primeras mujeres CEO de una compañía de Tecnologías de Información en Afganistán y, a partir de su influencia, ha ayudado en proyectos de educación para miles de jóvenes en Afganistán. De hecho, en 2013, la prestigiosa revista TIME la nombró una de las 100 mujeres más influyentes del mundo. Una de esas exitosas iniciativas: las Afghan Dreamers.
En sus inicios, por su vínculo con Mahboob, Herat fue la sede de las Soñadoras en Afganistán. A partir de ese momento, cuando varias niñas y jóvenes se dieron cuenta de que había otra clase de futuro, su ascenso fue meteórico. En 2017, a pesar de múltiples trabas burocráticas en su país, las Afghan Dreamers pudieron viajar a Estados Unidos para competir en Washington. Fueron un ejemplo de tenacidad y esperanza, ante la ya de por sí complicada situación en Afganistán. Esto las hizo acreedoras al Premio Especial del Campeonato Internacional de Robótica.
Nunca antes en la historia, un equipo afgano había logrado su boleto a la Competencia Internacional, pero, el gran problema era cómo podrían trasladarse desde Herat. Las jóvenes tomaron carretera y recorrieron más de 800 kilómetros para llegar a la embajada de Estados Unidos en Kabul, la capital de Afganistán. ¿Cuál fue el problema? No les quisieron dar las visas necesarias. Aunque ustedes no lo crean, el presidente en turno, Donald Trump, fue clave para que recibieran el permiso. Por si esto no fuera suficiente, ya en el aeropuerto de Kabul, las autoridades de Afganistán intentaron confiscarles sus robots ante lo que suponían eran objetos amenazantes durante un vuelo. La medida era ilógica y, finalmente, pudieron llegar a la capital de los Estados Unidos donde deslumbraron al mundo.
Después de ser la sensación en Washington, las jóvenes siguieron con su trabajo en Afganistán hasta que, de golpe, se presentó la pandemia por covid-19. En Harat, como en otros lugares del mundo, la escasez de respiradores fue un grave problema. En ese momento, gracias a su ingenio, pudieron crear un respirador de bajo costo con base en piezas de repuesto de un automóvil de la marca Toyota. La idea la tomaron del famoso Instituto de Tecnología de Massachusetts y, su impacto fue tal, que varios expertos del MIT trabajaron en conjunto con las jóvenes.
El canciller, Marcelo Ebrard, fue el encargado de darles la bienvenida. “En México, nosotros siempre decimos que están en su casa y hoy, más que nunca, se los queremos decir de todo corazón. Están en su casa. México hace honor a su tradición y al futuro que queremos tener. Sean muy bienvenidas y cuenten con nosotros. Sabemos que ustedes tienen un sueño. Demostrar que podemos tener un mundo igualitario fraterno, de igualdad entre los géneros”.
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* Fotografía de portada: Twitter,